Empezó por el final, como de costumbre, para tardar más en comenzar de nuevo. Así se plantea la vida Benigno Ronda, como un libro que no termina de empezar sin entregar un final a cambio. Cuando le conocí, por casualidad, yo acababa de hacer mi foto número 1000 sobre las consecuencias de tirar al suelo un adjetivo mal sustantivado. ¡Menudo coñazo! Exclamó Benigno y añadió: Así sólo vas a conseguir un ejército de exabruptos contra su propia calavera. Yo lo haría mejor ... Por entonces yo andaba bajo la influencia unas agujas de acupuntura para la indiferencia; así que me lo tomé como una crítica constructiva sin apenas remover mi mala hostia. Benigno Ronda recibió varios golpes a su estado infantil con apenas 7 años. Uno de su padre Colmo , negándole mendrugos de pan por soñar con profesiones inexistentes; como la de encofrador ideas táctiles en cabezas esquivas. Otro de su madre Bendita , cuando de bebé le negó una teta por ansioso. Uno más de su tío Casco , al negarle la entrad
Por Dani Seseña