Primero fue el aguacate y después Martínez y su ambigua defunción. Hoy Justo Ahora y Martín Doblosky merecen protagonizar el último post del año . ¿Por qué? Porque forman un dúo ideológico perfecto. Porque me los crucé en un momento en el que necesitaba cruzármelos y desde entonces se dedican, entre otras cosas, a equilibrar balanzas profesionalmente. Sopesan como nadie y dicen lo justo como pocos. Son una versión de Epi y Blas o Jack Lemmon y Walter Matthau , y tantos amigos que se mueven entre la ambigüedad sexual y la resistencia a comprometerse con alguien del sexo opuesto. Estando juntos pueden mantener sus sueños de juventud; vivir el pasado una y cinco mil veces; extrañar a todo el mundo; soñar con amores rotos; disfrutar de la inmadurez perenne y hacer de ello una forma de vida; inventarse una vida imposible; ser cómplices de juegos cuyas reglas sólo ellos conocen; odiarse y profesarse devoción eterna a la vez; reírse de todos y todo sin complejos; llorar por separado y
Por Dani Seseña