Después de un año, tres días y una noche que parecía eterna, Carmina Valle Gaz encontró la aguja que buscaba en el pajar de su tía Romina . Al día siguiente falleció. Marcelo Carabanchel, un buen amigo de Carmina, trató de ponerse en contacto con la tía Romina Gaz, pero ésta desapareció del mapa el día que quiso encontrarse en él. Así se lo contó su compañera de residencia Fernanda Coto, con la que al parecer compartía memorias. Ahora Fernanda y Marcelo son lo único que queda de la familia Valle Gaz. Ambos están jubilados y tienen tiempo y ganas de relacionar la búsqueda de la aguja (de la noche eterna) de Carmina con la desaparición (por querer encontrarse) de la tía Romina. Primero intercambian perfiles, describen a sus amigas y tratan de ser rigurosos y exactos. Marcelo posee la aguja, Carmina se la legó; y Fernanda la llave del pajar y de la casa de Romina. Así que deciden desplazar la búsqueda al lugar de los hechos, una pequeña finca difícil de encontrar; de hecho, el desví
Por Dani Seseña