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Mostrando entradas de junio, 2011

La muerte y la tuneladora de viento

Se estaba muriendo , pero no quería moverse del Banco 54 . Fue una mañana larga. Aquel señor , cuyo nombre no me quiso decir, me agarró del brazo y me pidió que le contara una historia. Me muero y has de ser tú quien me 'deje en paz' . Le pregunté por qué yo, qué tipo de historia, cuándo... cómo. Pero no me contestaba. Tan sólo narra, pero narra bien, porque si no, no me moriré tranquilo; y eso terminaría pesándote . Nunca había estado tan cerca de una muerte anunciada. Se mostraba tan persuasivo -sin mencionar la fuerza que le quedaba en el brazo-, que no tuve escapatoria ni argumentos para construírmela. Está bien. Lo haré . Inmediatamente noté que aflojaba y se relajaba. Eso me animó. Me acordé de la historia de Martínez (mi viejo amigo asesinado por el Turco , que no termina de morir... por aquello de no aceptar su mu erte), pero la descarté. Entonces empecé sencillamente a contar. Él se convirtió en mi protagonista. Imaginé de dónde había salido y cómo había sido su vida

Amarracos... Dispersos por Gran Vía

Viene de Amarracos... Cuando regresas 'tostado' por la Gran Vía - a esa hora en la que están a punto de coincidir los compradores de la primera barra de pan recién hecho , con los conservadores de la noche - te sobreviene un intenso deseo de tropezar por última vez. Es lo que le ocurrió a Raúl Martín . Había tocado el fango a dos manos y se había recreado demasiado, rebozándose en sus texturas esenciales. Aquel escaparate 'de los peluches' le devolvió la mirada ciega, que durante tantos años le llevó a creer que él era dos personas unidas por un rencor. Con cada paso que daba, al ritmo del inevitable amanecer, ganaba en resaca pero también en el deseo de salir de pozo. Una puta ( La Fanny ) le reconoció y mientras le agarraba del complejo escrotal con una mano y le desvalijaba con la otra, le invitó a unirse a la fiesta 'del Anselmo'. Raúl Martín deseó que el asfalto centenario de la Gran Vía (durante años oscuros travestida en Avenida de José Antonio) le t

El charco que no refleja

Se coló entre dos ideas aparentes y la cabrona no sabía cómo salir de la mente invadida . Ahora, receptora y ocurrencia no saben cómo encontrarse, aunque sí saben que están en un mismo espacio. Al mismo tiempo y en la misma superficie: Así funciona dice alguien de fondo, ajeno a los hechos; un sin techo , que ocupa una porción de acera cercana, recuerda una reprimernda de la infancia, pero la mata con un mal trago; y un kioskero sin kiosco lee el periódico que le ha vendido un intruso de la profesión. Ocurrencia y mente receptora tratan de absorber lo que ocurr e, porque saben, sin saber que todo está asociado. Una hora después , con el calor haciendo de las suyas y los demás ocupando sus papeles en esta pequeña historia (de entrada), ocurrencia invasora y mente receptora se encuentran en una fuente cercana a una sensación de antaño. De la unión brota por fin un charco que no refleja, pero que contiene en su fondo los mismos detalles y sentidos que se dejarían ver en el espejo de a

Amarracos

Se dieron una oportunidad más, fue la última antes de entrar en el camino del odio eterno y mutuo. Para ponerla en marcha Raúl y Martín se jugaron un par de garbanzos al póquer y tres meloncetes al pilla pilla . Pero cada uno ganó su partida y disribuyeron el botín, después siguieron con su rencor. No había manera de mitigarlo, pero no querían tener la sensación de no haberlo intentado lo suficiente; la cosa era difícil, tirando a imposible del todo. Diez años después coincidieron en una barra de bar (la de coral era cosa de cada uno). Llegaron desde caminos diferentes. Uno partía de una vida patética y otro lo hacía desde una patética década . Cada uno en un extremo de aquel tugurio; no se reconocieron hasta pasados 2 minutos y 15 segundos. Y cuando se vieron, ni se molestaron en hacerse los locos. Estaban tan hundidos que no había lugar para un disimulo decadente . Se abrazaron sin tapujos. El odio mutuo se había convertido en tabla de salvación en medio de un océano salvaje. De

VENDIDOS

En mi barrio ocurren cosas muy raras, creo que ya os lo he comentado alguna vez. Pero es la primera vez que veo un conserje susceptible de ser arrendado. Se llama Eusebio Sol Pastrana y está confundido en general. Le escuché decir hace poco, en 'la cola del cupón', que investigaba fórmulas opcionales a la puesta en venta de uno mismo. Me entró tal ataque de risa que tuve que camuflarlo con una conversación ficción a través del móvil. Ahora entiendo la reflexión de Eusebio en 'la cola del cupón'. Como conserje vuestro que soy os debo una explicación , gritaba en mi sueño desde lo alto del balcón del bajo Izquierda. Tantos años vendiéndonos la venta como la mejor inversión en uno mismo , pensaba yo tras mi sueño, y ahora Eugenio encuentra su yo más genuino a través del alquiler . Tráfico de porteros , conserjes en alquiler, camellos del chascarrillo, portadores de verdades vecinales, responsables de portal, portales que hablan. Sea como sea su mundo exterior -repleto de

OBJETOS SUJETOS

Hay amores que aunque se empeñen en serlo, son imposibles se miren por donde se miren a sí mismos. Aunque sus receptores encaren la realidad, como ocurre con estos dos objetos... sujetos a su existencia inanimada en forma de valla. Una frente al otro. ¿ Seguro que es imposible? La foto fue tomada hace un par de noches y doy fe (sin foto) de que hoy, a estas horas siguen en la misma actitud. Para que luego digan que lo material sin ánima ni aliento, es menos importante que lo intangible. ¿Que quién lo dice? Cualquiera al que le indignen los que empiezan a pensar por los pies y terminan comiéndose la cabeza sin llegar a ninguan conclusión aparente. Esos son los que menosprecian la materia... ... Los mismos que te venden una moto llena de letras, pero vacía de sentido; los que se quedan en el bar de fondo (como el de la foto) creyendo que en su diálogo de sobremesa (de hule) están todas las cartas. Pero ellos no saben que, a veces, callándose te pueden llegar a entender hasta el obj

EXTERIORIZADA AUTORIDAD INTERNA

"Desde que me metí en mi mismo, no he parado de rechazar una salida digna ". Pero finalmente, Romano Sindía , salió de cuentas y parió un trozo personal con el que se sentía a gusto. Lo suficiente como para empezar a escuchar. Una porción con sabor a resquemor individual por aquello de sentir que la reprimenda no venía de una autoridad externa, sino de la suya propia. Habían pasado 4 días y una hora desde que entró en coma interior. Cuatro días y una hora paseando por algo parecido a la cueva por la que el maestro Yoda obliga a pasar a Luke Skywalker en su transición hacia el olimpo de los Jedi . Pero en este caso no se encontró ante la peor versión de sí mismo con cara de Darth Vader , no. Lo que vio fue la única versión. Un espejo sin escapatoria y con las funciones de un viejo VHS le resumió en 4 días y una hora, y en imágenes sin sonido ni músicas, el sinsentido de su vida. Y como Álex, tras pasar por semejante experimento , Romano volvió al exterior con nauseas, p

ANCHAS VÍAS ARGUMENTALES

Fui al veterinario , alarmado por las dolencias de mi perro, pero fui yo quien me quedé ingresado de urgencia. ¿Diagnóstico? Autoconfusión sin paliativos . Mi perro, alarmado por las dolencias, acudió a mi psicoanalista en busca de respuestas; pero no pasaba consulta, había perdido a su gato, quien al parecer, salió en busca de una gatita a esa hora maldita en que los bares a punto están de cerrar ( Que se llama Soledad , Joaquín Sabina )... Y no había regresado. Así que me encontraba en una mesa de operaciones tan fría como metálica. Sin poder intervenir y atado a un tubo que me estaba metiendo argumentos por vena . El doctor, un veterinario con mucho recorrido, aseguraba que mis dolencias son lo más extraño que ha visto en un cuadro jamás; y que habían de tratarse aquí, donde estoy. De ahí que mi perro estuviera esperando el retorno de mi psicoanalista. Porque es muy de hacerse mirar las cosas ... Pero mi médico no aparecía y mi perro empezaba a inquietarse. Apenas podía moverme,

RESETEADOS, recordados

Te quiero tanto que te enviaría como archivo adjunto a mi nube . Se lo escuché decir por teléfono a una chica que compartía vagón de metro conmigo. Después colgó y echó la mirada hacia arriba; hacia donde los fluorescentes del metro se enredan/co-funden con la infraestructura de uno mismo, donde lo artificial intenta ganar espacios en lo personal... con naturalidad. Su cara era la de alguien que 'se ha metido en la lavadora'. No mentía, estoy seguro... Y seguro que está dispuesta a comprimir sus sentimientos en una memoria externa y a guardarlos -sin actualizar- junto a su amado o amada. Pero me di cuenta de que su teléfono estaba apagado. De hecho, me atrevo a afirmar que no era un teléfono, sino una vieja calculadora científica de las de '1º de B.U.P'. La sonrisa no se le iba de la cara. Después sacó algo que ella hacía pasar por tableta táctil y empezó a trazar recuerdos de otros sobre la superficie. El teléfono apagado, desconectado o fuera de cobertura en ese mo

MIRADAS CON RAÍZ

Me lo encontré de casualidad, paseando por mi barrio . Noté una mirada extraña, me giré y ahí estaba. Todo un chopo con ojos bajo duras cejas , nariz y un gesto profundo. No hay pintura... 'ni cartón'. Es obra de la naturaleza. Pero seguramente, empujada por una mano humana. Dicen que si practicas unas incisiones a un árbol, éste se defiende del mismo modo que la piel humana: cicatrizando. De ser así (que no deja de ser pura teoría), estaríamos ante un tipo de artista , cuanto menos muy original... ...Alguien que dibuja un boceto sobre una superficie que decide cómo interpretar (curándose y dando cicatriz a sus heridas con intención artística ) la idea del artista. Ahora bien, si resulta que esta cara (con gesto propio) es fruto del capricho de la naturaleza... A las Caras de Bélmez les ha salido un duro competidor: Mr.Chopo y su mirada fija discontínua.

CRUCES IMPERIALES

Sigo sin saber nada del tipo que recibió la llamada de Elparapeto Tarugo , y la perdió. Le abandonó; a él y a su llamada. Pero la mañana me vuelve a regalar una situación surrealista. Me explico. A las 7:00 es difícil estar al 100% en tu atención al mundo que te rodea, así que me encuentro en un cruce de calles, parado por el rojo del semáforo y detrás del falangista del 5º . Habremos intercambiado, en los 2 años que llevo viviendo 'aquí', dos o tres palabras y un par de gestos dispares. Nada más. Pero un cruce de calles es como hablar de fusión de caminos y de ideas. Y como digo, a las 7 de la mañana , más cerca del sueño reciente que al día que me espera, puedo decir cosas que jamás diría a las 15 horas; o a las 17h. El falangista del 5º (cuyo nombre ignoro involuntariamente) habla con alguien... ...Con una señora de pelo teñido de ceniza (casi azul), perlas (o similar) en las orejas añejas y la Gaceta bajo el brazo. De pronto, el falangista del 5º eleva la voz -más o men

SER ARTE HASTA LAS TRANCAS

En la nota rota dice: Besarte, ser arte, ser parte... Eso quiero . Pero sólo lo quiero, porque si no no puedo, contigo. Jamás fui tan sublime como cuando nos alineamos sobre nuestro viejo colchón de inseguridad . No hay firma. El papel está partido por la mitad... o por una cuarta... parte . No volví a ver al tipo del autobús, sigo sin saber nada de Elparapeto Tarugo . A cambio, la mañana de hoy me deja esta media nota con todo por construír; más una pizca/pista que callar. Imaginando no llego al final. Pero pensando en la mirada de ayer del viejo Tomás (el de la tienda de chatarra ), veo a un sujeto deseando ser sujetado por una mujer (intuyo que Mariana , la portera del 7). A un personaje enamorado hasta las trancas , después de años mirando objetos recopilados (olvidados, vendidos al peso, tirados, recogidos, viejos, nuevos que nacieron viejos, abandonados...) a los ojos del material más inanimado. Sólo es una teoría . El peso se lo da la propia Mariana , que ha dejado de parafras

ELPARAPETO TARUGO

De chico le llamaban Elparapeto y con su mote y el apellido Tarugo , quedó marcado para siempre. Era mi amigo. Elparapeto Tarugo se hizo un camino que parecía imposible prolongar más allá de una infancia y una juventud llena de sardinetas* . Huérfano y rodeado de gañanes a los que no les importaba su vida exterior, ni mucho menos interior, una auténtica mierda. Afortunadamete, conoció a Jacinto Enreja , quien hizo de maestro Miyagi en los momentos más tenebrosos. Hoy 'le he visto', de casualidad, en la llamada perdida a un tipo q ue estaba sentado a mi lado en el autobús. Miraba su teléfono (uno táctil con una gran pantalla indiscreta). Observaba el nombre de Elparapeto Tarugo , dudaba con la yema del dedo si darle un toque o no. Finalmente no lo hizo. Me ha dado tanta pena que se me ha escapado una lágrima. Después, incapaz -qué se yo por qué razón- de pedirle el teléfono, me he puesto a buscarle por todo internet. Por un momento me he sentido como aquella madre que ll

VERBO DE PAPEL E INTUICIÓN

Le han detenido por allanamiento de mollera. Sí. Entró en una mente ajena sin pedir permiso, con una misión: interponerse entre la parte del cerebro que razona y la porción que -va de cráneo cuando- atiende a lo pensado y nunca verbalizado. Es un delito muy grave. El infractor, Ernesto Sufragio, y el receptor invadido, Rodrigo Tregua, no se conocen pero siempre se han intuido el uno al otro. La misión , argumenta Ernesto en el interrogatorio, es mediar de buena voluntad entre los errores de la razón y todo aquello que no ha tenido la oportunidad de ponerse a su servicio . Rodrigo no ha puesto denuncia alguna; de hecho no es consciente de nada de lo que ha ocurrido. Mientras tiene lugar el interrogatorio, se está tomando algo en algún lugar de su mundo interior. Pero intuye algo, algo está pasando por ahí dentro... Termina ese algo que se está tomando y verbaliza: ¡Me está pesando mucho! En el interrogatorio lo ven por una pantalla . Los interrogadores y Ernesto son testigos, a través

DE REOJOS Y POSICIONES EFÍMERAS

Ojalá fuera pintor para poder ' impresionaros ' con el cuadro que he tenido hace un momento delante, al lado (al uno y al otro) y detrás (visión recibida gracias a una cámara que llevo en la chepa, y que me la ancló el traumatólogo por algún motivo) . Así que trataré de describirlo con esto que llamamos -desde hace algún tiempo- palabras . Palabras más, pala bras menos , cantaban los Rodríguez (frase dedicada a Julián Infante y a Dani Zamora ) . La amiga fiel de Mariluz 'La de los ciegos', e infiel a sí misma , Fernanda Arra stro , mira de reojo al mendigo habitual, que simula no tener pierna izquierda, mientras ocupa su porción de acera derecha. Se llama Susto Fartu y siempre lleva consigo una radio de las antiguas que parece crisparse tanto como las pocas pilas que les quedan a ambos (la voz interior es de Jiménez Losantos ). Normalmente Susto no se inmuta ante las miradas ajenas, ni con las directas, ni mucho menos con la modalidad de reojo... ...Pero de pronto

LA DUDA DE LA MUERTE

Por la herida de Dalia Perdona sólo salían palabras desgastadas pertenecientes a otra época. Y por la boca, hacía tiempo que había muerto el pez volador. Sin embargo, tenía la esperanza de morir cobijada en las tablas que había adquirido con los años. Tablas que le daban seguridad ante la inseguridad; experiencia que había sumado con la lucha del día a día. Perdona era una perdedora entre las perdedoras, pero sabría morir tranquila y sin complejos. Cuando llegó su hora se refugió en los minutos de otra persona (que seguramente ni conocía) y salió por patas en busca de los segundos restantes. Aún no quería desaparecer del mapa en el que la habían trazado. Sus tablas , en este caso no hicieron de cobijo, sino de salvación para ganarle una partida a lo inevitable. Después aún tuvo tiempo de convertirlas en trampolín para llevarse unos metros de altura de ventaja. Y cuando quiso darse cuenta ya estaba ante la muerte. Llegado el momento , la saludó. La atendió, e incluso trató de dialogar