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Mostrando entradas de diciembre, 2013

El suelo

Limpió el suelo. Apartó la mierda antes de aniquilarla; o transformarla en miserias, qué se yo. Abofeteó a la escoba de la bruja de su jefa 10 años menor; como si fuera un fantasma que por un momento se cubre con piel. Miró para otro lado. Se bebió un par de palabras. Arrastró introspectivamente las púas exfoliantes para esquinazos y suelos ásperos. Vomitó el vacío indigesto de una noche cualquiera. Se plantó y finalmente echó dos flores...  Una tenía forma de hoja en blanco y fondo de blanco oscuro. Era inteligente e independiente. Salía de los dedos de las manos y servía para plantear cuestiones no cuestionadas. Y una vez expuestas, se convertía en soporte para darles forma o quemarlas a fuego lento. Con esta prolongación de sí mismo ganaba en seguridad a la hora de barrer miedos y complejos. "La perla entera", la llamó.  La otra no tenía forma. Era una idea que únicamente podía verse guiñando un ojo y apretándose los verbos entre los dientes. Tenía la func

Una idea a dos voces

Todo ocurrió tan rápido que se paró el tiempo de un colapso rebuscado . Aunque el mundo seguía a su bola, a lo suyo, a su ritmo tirano sin concesiones ni contratas. Dos voces que andaban buscando una idea en la que integrarse -y dar sentido desde la misma a sendas afonías- se chocaron en un espacio de nadie. Al principio pactaron un silencio respetuoso, pero duró poco. Entre puntos, comas, pausas suspensivas, silencios encubiertos e inseguridades permanentes comenzaron a ecualizarse al mismo tiempo; mutuamente y con nocturnidad y valentía. Tonos más altos, susurros más altos aún, datos que no se reconocen en el espejo y un montón de matices componían las voces.  Mientras sucedía todo a la velocidad del rayo, el sosiego -paradójicamente- se hacía un hueco en esta incipiente historia. Un astronauta y una escritora espacial digitalizaban parte de sus contenidos para llegar a esa idea acogedora, porque desde el principio intuyeron que sólo juntos podían encajar en ella. Años luz

Borrón y trama sin empezar

Prometió subrayarla, ella apuntó. Un tachón ajeno -con tintes propios- les borró del mapa . Es la historia que no fue, o que no ha sido, pero está. Siempre está. Fueron borrados de sus deseos e intenciones. Apartados de sus afinidades y adheridos a externas aflicciones. Él salía de un punto y coma poco etílico, ella de un sueño roto (con taninos de pesadilla). En su día coincidieron en un videoclub sin películas que se mantenía por la inercia de una trama que tampoco fue, pero está. De esas que hay que mirar para poder verla. Entre el drama y la comedia con suspense y con el aliento sobrevolado de un supermercado cercano que solo vende fruta sin gas,  se cruzaron por primera vez.  Antes se habían visto sobre el papel. Configurados por la mente de un escritor que no terminaba de escribir. Arrastraban sin ser del todo conscientes de ello, una sensación intensa de estar inacabados consigo mismos. Su error fue creer que lo que le faltaba a la una estaba en el otro y viceversa. Duran

El miedo suave

Había decidido apartarse del todo y arrimarse a una parte.Quería sentirse dentro, pero no sabía qué significaba "dentro". Hasta entonces había estado dentro y más alejado que nunca de sus cosas; y de él mismo claro. Tanto, que cuando intentaba mirarse las manos solo veía sus pies y nada más allá. La ceguera le impidió entender su alrededor e identificar su propia composición. Lo que le hacía sobrevivir, por tanto, era una fórmula ficción que consistía en sentirse (refugiarse y afirnarse) como víctima de las circunstancias,  verdugo (a sueldo 'de gratis') de causas sin causa y abandonado por el rechazo de sus superiores. La rabia y la reacción ante dicha fórmula le daba la razón de ser y el empuje para seguir viviendo en línea recta muy curva. Así había ido forjando su vida. A base de reacciones ante una tergirversación de referencias. Errático, confundido, agobiado y alterado montó su escenario con hormigón desarmado; desnudo y expuesto. Vivía muerto. Muerto de m