Darío Josakos , Isaías Tantán y yo nos reúnimos en Los Gallegos después de un año sin reuniones. Jose Vikingo , el entrañable camarero (y padre incipiente de un futuro boxeador), entonó el ansiado ¡Que no farte de ná'! Y comenzó la jornada de reencuentro con el futuro . Porque no se trataba de remover el pasado, sino de diseñar lo que está por venir, por ejemplo, con más quedadas puntuales . Y es que parece mentira, pero los tiempos modernos y las circunstancias de distinto calado han trazado un semimuro de distancia que nos ha impedido insultarnos con cariño cara a cara durante este tiempo; como hacíamos con 15, 16, 22, 28 y treinta y pico... Al final -al principio y en medio- las anécdotas de aquí y allá se convirtieron en protagonistas. Y más cosas... tan propias: Los saltos constantes de un tema a otro sin cerrar ninguna conversación, los despropósitos, las idas y venidas de otros amigos mencionados y apeados por el camino, los chuletones de carne... sin heridas, las muest
Por Dani Seseña