Tuve el privilegio de encontrarme, mientras paseaba por la calle, con esta obra de arte que podéis ver en la foto. Es anónima, modesta, sin pretensiones y sin descripción del proceso creativo . Una faena. Pero mejor, me dije... reflexionemos. Una bolsa de Lays al jamón de Jabugo y un "biozumo" Pascual se pierden en el interior de un inodoro abandonado a su suerte. Custodiado por un muro adornado gracias a un humilde grafiti. El váter se niega a doblar, desea seguir siendo él mismo... Quiere continuar respondiendo ante el trasero de la vida. Lo dramático y no menos fecal del asunto es que -arrimando el hombro a un ser no vivo (pero muy vivido)- este objeto ha tragado lo que no está escrito y encima es desterrado de su lugar. Aquí no vale aplicar el sentido freudiano sobre cortar el cordón umbilical; separarlo de su vínculo con el WC y la madre pared de azulejos, significa la muerte para nuestro inodoro. Pido por tanto el reconocimiento expreso del objeto y no menos su
Por Dani Seseña