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Mostrando entradas de febrero, 2012

El papel de sus vidas

Ayer te quedaste con ganas de decirme algo. Ya se me ha olvidado. ¿Estás segura? Lo estoy, pero no del todo. Me dio la sensación de que te mordías la lengua. Puede, hoy me duele... pero ¿qué estabas diciendo para que apretase los dientes ? No lo recuerdo. Pues mal vamos, Javier. Lo sé, Lucía. Tengo que ir al baño. Espero. Espero. Jajaja, no me pienso ir. Por un momento pensé que no volverías. Quise desaparecer después de tirar de la cadena. ¿Por qué? Porque me gustas. Y tú a mí, menos mal que sacamos el tema, pero no entiendo que lo asocies a los deshechos. Porque no encajas en mi vida . ¿Por qué? Porque haces demasiadas preguntas. Me callo. Y porque te callas muchas cosas. No sé qué decir... ¿A qué hora tienes que irte? No tengo hora, hace mucho que cambió el tiempo para mí. ¿Y qué hacemos? Terminarnos el café. No sé si lo sabré hacer, ¿volveremos a vernos? No. Este café se me va a atragantar. Ya me acuerdo de lo que no te dije ayer. ¿Qué? Se me ocurrió una sinopsis para una pelíc

Agotado

Ella insiste en que está agotado y él, cansado, se da cuenta de que en efecto ya no queda nada de sí mismo en ninguna parte. Se ha agotado . Ella busca en los grandes almacenes, pero la demanda ha acabado con sus existencias. Él, concentrado en esencia, no sabe. Sólo ella puede saber. No es la muerte, ni un ninguneo pactado. No es. Él ya no es, aunque en esencia permanezca en alguna parte descatalogada o inexistente. No es. Antes de llegar a este estado gaseoso en el que se encuentran, Romaria y Esulio se dedicaban a recopilar frases no hechas y puntos aparte. Compaginaban imponderables y sopesaban los pasos a no seguir con el fin de continuar. Así un día tras otro sin contar las horas. Y en mitad de la noche se apropiaban de los sueños en común para discutirlos en el desayuno. Ante la evidencia de la recesión en las horas de sueño un día tomaron una determinación impopular: desaprovechar parte del día para ganarle tiempo al espacio.  Pero el espacio empezó a torcerse. Inten

La sombra que hizo la frase

Está solo y comprimido en el mundo, es un ser tan trasparente que no hace ni sombra. Y por mucho que grite, no le oye ni Dios . Pero gritar no es lo suyo. Rodrigo Tarmo escribe novelas de más de 900 páginas (normalmente interesantes), para sintetizarlas después en 120 páginas y terminar comprimiéndolas en una sola frase sin subordinación posible. Finalmente las distribuye en su estantería sin estantes (pero llena de significados repartidos). Toma aire, alimenta su invisibilidad, aparca las inquietudes y vuelve a empezar. Así un día tras otro, más un minuto de cortesía y un encuentro casual. Le conocí al amanecer , después de cenar con mis amigos del Barrio Flamígero. Entre el sueño, el cansancio acumulado y los caldos distribuídos por mi estantería particular -también sin estantes- lo veía todo a través de la nada de la niebla. A contraluz, por casualidad y tatuado en el vapor de aquel marco, se presentó Rodrigo ante mí y me preguntó si necesitaba ayuda. Hice un chiste, que no recuer

El Acomodado: Café y descansillo

En lugar de "besos" al final del email escribió " beoda "; antes de la " pauta " se le había caído la primera "a". Le dio a " Enviar " por error y su vida continuó de camino al traste. Pudo revisar el texto, pero le pudo la ansiedad por ser el primero en aquella selección online y así volver a la rueda laboral. Como se había puesto una copia a sí mismo, leyó al instante sus palabras en la bandeja de entrada, a continuación quiso lanzarse al vacío por la bandeja de salida y perderse en la basura con el resto del spam social que inundaba su entorno. Gerardo Bueno Facto llevaba 5 años en paro. Llegó a ganar 4.000 euros al mes entre unas cosas y otras, pero una mala gestión de su vida y tres patadas continuadas en el estómago le llevaron al desastre. Se dedicaba a la venta de expectativas al por mayor y por las tardes recaudaba optimismo "en B". Los clientes se agolpaban en su puerta y el optimismo no se medía con lupa como aho

Deprisa, parado...

"Cautivo, desvelado y desarmado el ejército propio, trato de entender mi amputación. Ya no oigo el piano, no puedo caminar y todo va muy lento. Me duelen los pies". Con estas palabras empieza la carta que me envía por... conductas postales Antonelo Sebastián Teco. Antonelo es un maquinista que generalmente escucha a Bach antes de comenzar su recorrido por las vías férreas madrileñas. Si os fijáis en las noticias de deportes, cuando un equipo de fútbol llega al campo en el que va a disputar su próximo partido, muchos jugadores bajan abstraídos del autocar con enormes auriculares... Antonelo no quiere ser menos y hace lo propio previa entrada en el vagón de tren. En cada trayecto piensa mucho en lo rápido que pasa todo ante sus ojos. Su tren es uno de los más rápidos de la flota, muy sincronizado con el ritmo de la vida.  Atraviesa campos de descomunales hectáreas y se da cuenta de que nunca se ha parado ni a escuchar sus aromas, ni a oler el peso de sus propias pisadas, desg