Vengo de charlar con Pedro Turbio . Ha vuelto a España después de 20 años ejerciendo de gondolero en Venecia . Dice que ya no queda agua, sino la impresión líquida de un elemento que nos hizo flotar; y en ocasiones, reflotar. Y ese elemento no soy yo . Como tiene un dinerillo ahorrado y muchas ganas en el agujero del bolsillo, va a montar un negocio propio de barquitas en Madrid. Dice que existen canales por donde discurre un flujo sin color, compuesto por millones de millones de palabras que nunca han llegado a pronunciarse; por falta de tiempo o por partir de ideas ocurridas fuera de lugar. Y ese flujo es 100% navegable, asegura. Como ocurre con tantos personajes de Periodismo Ficción, Pedro Turbio quería flotar dentro de un contexto . Impulsado por la emoción de verse tan real como la ficción misma, no me ha dejado pagar ni una ronda. Es más, en esta ocasión me he permitido dar la vuelta a la película y le he pedido que me deje participar de su idea. No sé, me ha pillado desprev
Por Dani Seseña