Se llama Joaquín Flan, no recuerda dónde nació, tiene media edad, un vaso por llenar y ha desarrollado una extraordinaria habilidad. De lejos los más cercanos a él no salen de su asombro. Es capaz de extraer una copia de una parte interior de alguien e incorporarla a sí mismo... Cuantas veces como quiera y sin reparar en efectos secundarios para los demás. Por ejemplo, hace una semana decidió adquirir: los deseos realizados de Bruno Maraña, el ingeniero parado del barrio; o lo aprendido por Rosa Dada (la lista) durante el último año en la Escuela Utópica de Estrategias prototípicas.
Ni Dada ni Maraña notaron nada en un principio, pero poco después, comenzaron a sufrir extrañas réplicas internas procedentes de la cara (dura) del estómago. Réplicas contra aseveraciones propias. A la semana, se habían convertido en personas disconformes con todo lo que venía de dentro; contradictorios crónicos. Evidentemente, Flan, que en el fondo es un buen tipo, no sabe nada. Él disfruta de la diversidad que crece y puebla su vida.
En el proceso Joaquín aprende y favorece el crecimiento de su red de posibilidades. Entre los deseos de Maraña encontró el intelecto de terceros a los que pudo copiar y por tanto adquirir sus logros impensables. Por ejemplo, Maraña amaba a Sara Saltilla. Sara Saltilla tras muchos años peleando por responder a decenas de porqués, halló respuestas importantísimas. Flan se hizo con ellas sin pasar por el proceso de búsqueda de Saltilla. Saltilla hoy sufre las consecuencias, no cuestiona nada y recibe todo a pies juntillas. Mientras, Joaquín suma y sigue.
Y ahora se ha encontrado con un problema: mientras dormía ha caído en un enlace de Nacho mientras David Schudger, trataba de ponerse en su piel.
Ni Dada ni Maraña notaron nada en un principio, pero poco después, comenzaron a sufrir extrañas réplicas internas procedentes de la cara (dura) del estómago. Réplicas contra aseveraciones propias. A la semana, se habían convertido en personas disconformes con todo lo que venía de dentro; contradictorios crónicos. Evidentemente, Flan, que en el fondo es un buen tipo, no sabe nada. Él disfruta de la diversidad que crece y puebla su vida.
En el proceso Joaquín aprende y favorece el crecimiento de su red de posibilidades. Entre los deseos de Maraña encontró el intelecto de terceros a los que pudo copiar y por tanto adquirir sus logros impensables. Por ejemplo, Maraña amaba a Sara Saltilla. Sara Saltilla tras muchos años peleando por responder a decenas de porqués, halló respuestas importantísimas. Flan se hizo con ellas sin pasar por el proceso de búsqueda de Saltilla. Saltilla hoy sufre las consecuencias, no cuestiona nada y recibe todo a pies juntillas. Mientras, Joaquín suma y sigue.
Y ahora se ha encontrado con un problema: mientras dormía ha caído en un enlace de Nacho mientras David Schudger, trataba de ponerse en su piel.
Comentarios
¿Copiará también exteriores?, porque eso explicaría alguno de mis raros encuentros.