Ayer me encontré con Mariano Zas. Venía de su trabajo. Relaciona contextos y saca conclusiones, después las archiva en una memoria externa y recupera la suya. Así día tras día. Extraído de una idea que tuve hace mucho tiempo y que hoy reaparece en esta coyuntura extraña, de madrugada, a pleno sol de la noche, decidí sentarme un rato a charlar con él. Apagamos los móviles y desconectamos con el mundo exterior para centrarnos en la situación.
Lo primero que me dijo, una vez pedimos los cafés y disparamos las frases de inicio, fue que debía resintonizar los canales. Qué canales, le pregunté. Los que programaste con el cambio. Qué cambio, repregunté. Aquel que empezaste cuando se te ocurrió que yo debía tener sentido. Me dejó de piedra, pero tenía toda la razón. De hecho, un relacionador de contextos como él que cambia de memoria en función de las circunstancias sólo podía tener sentido si establecía un nuevo sistema de canales dinámicos; pero el dinamismo en algún punto se paró, me vino a decir.
Por tanto, una cosa quedó clara rápidamente. El encuentro no fue casual, por el contrario pertenecía a una de sus conclusiones consecuencia de la relación de contextos; los adecuados en este caso, en los que yo me había cruzado de algún modo. Después, seguimos hablando de fútbol para no dar pie con bola. Poco a poco fue desapareciendo hasta que me levanté de la siesta de un día que no figura en la semana y a una hora que siempre permanece al margen del reloj.
Hoy me lo he vuelto a encontrar. Iba con prisa. Sólo me ha hecho un gesto de aprobación. Menos mal. Estas ideas que a uno se le ocurren con forma de personaje, a veces tienen más fuerza que otras aparentemente construidas.
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Copi
Magnífica entrada!
Copif