Cuando Ricardo decidió matar a su médico de fondo, el Doctor Günter, ya era tarde. Rafaela, la propietaria de la floristería D'Abajo, se había adelantado. Ricardo debería haber adivinado sus intenciones. Sabía que Rafaela no pudo con el último diagnóstico, un hecho que se notó en todas las plantas del barrio de Orillas sin mar. Las plantas eran diferentes, las 'criaba' ella misma y tenían la peculiaridad de respirar sueños en vez de oxígeno. Lo hacían por la noche y durante el día exhalaban flores interpretativas. El doctor Günter le aseguró que el secreto de la peculiraridad de sus plantas estaba en un virus congénito. Pero Ricardo estaba tan centrado en sus ganas de acabar con Günter que no leyó el dolor de Rafaela; ya nunca podría matar a su médico de fondo.
Rafaela, feliz por dentro, horrorizada por fuera, consiguió que sus plantas no abandonaran sus intenciones mientras permaneciera en la cárcel. Una de ellas quería estar junto a Ricardo. Ansiaba alimentarse de sus sueños frustrados de matar a su médico de fondo. El problema era cómo transformar sus deseos en ganas propias de Ricardo para poseerla y convertirla en parte de su vida. Como tenía una capacidad extraordinaria de sublimar y calar mentes, transformó el sueño de un cliente en mensaje para Rafaela. Rafaela lo entendió gracias a la conexión de un sueño propio. Llamó a Ricardo y le habló de su planta extraordinaria. Ricardo no tardó en enamorarse de la esencia de lo que estaba ocurriendo. Esa misma noche se entregó a la extracción de sus sueños más profundos.
Al día siguiente su planta recién adquirida estaba muerta, pero llena de flores. Ricardo las olió una a una y recibió el sueño en bruto. Un año después lo ha entendido, ha encontrado las palabras, los verbos, algunos adjetivos y parte de los adverbios ajenos a frecuencias. La echa de menos, tanto como aquella sensación de verse capaz de matar a su médico. Ahora convive voluntariamente con la certeza de que un médico nunca muere sino que se transforma o se transporta... de sueño en sueño. Además, Rafaela siempre tendrá una planta para cada diagnóstico. Porque ella también trasciende.
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