En lugar de "besos" al final del email escribió "beoda"; antes de la "pauta" se le había caído la primera "a". Le dio a "Enviar" por error y su vida continuó de camino al traste. Pudo revisar el texto, pero le pudo la ansiedad por ser el primero en aquella selección online y así volver a la rueda laboral. Como se había puesto una copia a sí mismo, leyó al instante sus palabras en la bandeja de entrada, a continuación quiso lanzarse al vacío por la bandeja de salida y perderse en la basura con el resto del spam social que inundaba su entorno.
Gerardo Bueno Facto llevaba 5 años en paro. Llegó a ganar 4.000 euros al mes entre unas cosas y otras, pero una mala gestión de su vida y tres patadas continuadas en el estómago le llevaron al desastre. Se dedicaba a la venta de expectativas al por mayor y por las tardes recaudaba optimismo "en B". Los clientes se agolpaban en su puerta y el optimismo no se medía con lupa como ahora. Con lo cual, Bueno Facto se había construido un paraíso exclusivo libre de intrusos.
Sandra Duquesa, la jefa de selección de TassDudaSA (una proveedora internacional de zonas libres y ocupaciones descatalogadas) estaba en el baño sentada cuando leyó el mail de Gerardo en la pantalla de su perspicaz e inteligente teléfono. Llevaba unos días constreñida a causa del volumen de vidas que dependían de ella desde su interior. Le hizo gracia Gerardo, una vida (de)pendiente más... Borracha y puta le llamaba en menos de tres líneas. Sabía que era un descuido provocado por la ansiedad de la desesperación. Estaba acostumbrada. Tiró de la cadena y le llamó para hacerle una entrevista. Le temblaba la voz cuando contestó.
-Soy tu puta ebria, dijo Sandra.
-Y yo el ser más patético del mundo, discúlpeme, he perdido perspectiva y mis expectativas... Carezco de optimismo con el que comerciar. Contestó Gerardo.
-Te entiendo, mientras tu haces de ti mismo, yo hago de vientre. Eso es la cadena, es el sonido de la presión que se aleja. Quiero entrevistarte. ¿Cuándo te viene bien?
-Desde ahora mismo hasta cuando quiera.
-Te veo en media hora en el descansillo del Acomodado.
-Me gusta ese lugar. Sirven el mejor café del mundo y tiene los baños más limpios.
-Te veo en el descansillo.
Gerardo se vistió con miedo y nervios. Verse a sí mismo en modo operativo le provocó una erección que se vio obligado a atenuar como pudo. Ella, de vuelta de casi todo (tirando a nada), deseaba darle el puesto. El descansillo del Acomodado ansiaba acoger la situación. Pascual Doble, el camarero "que siempre se anticipa" sirvió los cafés al mismo tiempo que entraban por la puerta. Y tras la puerta quedó el pasado cuando se estrecharon la mano en el descansillo. Después se abrazaron y poco después se fundieron en el tocador de señoras. El café del Acomodado gana después de un orgasmo laboral, dice Pacual.
Hablaron de la venta de expectativas y del pasado en general de Gerardo. Duquesa quedó admirada por su habilidad y entristecida por lo sufrido en 5 años perdidos. Recordó que ella en una ocasión le compró materia prima en un momento sin fuelle. Ese día comenzó a remontar y acumular vidas, y él a decaer. Había llegado el momento de reconducir las zonas libres y enriquecer expectativas. Sendos estómagos lo agradecerían. El café del Acomodado fertiliza el momento, dice Pascual.
Bueno Facto ha vendido su primera zona libre, su vida abandona la bandeja de los desahuciados, sale del traste y recupera su formato. Duquesa no se quita la presión, tampoco lo pretende, y gracias a Gerardo ha aprendido a aprovechar los resquicios que abre la ansiedad para liberar distancia. Él ocupa su lugar y ella el suyo, todo de un modo placenteramente descatalogado. El café del Acomodado siempre llega, concluye Pascual.
Comentarios
¿Quesería de nos ortos sin el corre erector automático?
Abraso glande.
Me voy a revisar mi bandeja de 'enviados', no vaya a ser.
(por cierto, unas risas para el comentario de Blanco, muy bueno)
Bajó la bolsa.
Fdo:Acomodado
No se por qué me ha recordado a la película The artist: en ésta la novedad es la paradójica utilización hoy de una forma de hacer cine ayer, todo ello al servicio de una historia mil veces contada. Quizá es que en "El acomodado..." corre la misma ternura que por The artist....