"Cautivo, desvelado y desarmado el ejército propio, trato de entender mi amputación. Ya no oigo el piano, no puedo caminar y todo va muy lento. Me duelen los pies". Con estas palabras empieza la carta que me envía por... conductas postales Antonelo Sebastián Teco.
Antonelo es un maquinista que generalmente escucha a Bach antes de comenzar su recorrido por las vías férreas madrileñas. Si os fijáis en las noticias de deportes, cuando un equipo de fútbol llega al campo en el que va a disputar su próximo partido, muchos jugadores bajan abstraídos del autocar con enormes auriculares... Antonelo no quiere ser menos y hace lo propio previa entrada en el vagón de tren. En cada trayecto piensa mucho en lo rápido que pasa todo ante sus ojos. Su tren es uno de los más rápidos de la flota, muy sincronizado con el ritmo de la vida.
Atraviesa campos de descomunales hectáreas y se da cuenta de que nunca se ha parado ni a escuchar sus aromas, ni a oler el peso de sus propias pisadas, desganadas sobre tierra firme. De regreso al piano Bach, al terminar su jornada prefiere evitar ahondar en sus miserias acumuladas y seguir protegido en su refugio de clásicas melodías. Lo que más le mata, pasar deprisa, es lo único que le da vida. Sin embargo, un cambio de dirección en la vía de ayer le frenó en seco. Se vio obligado a bajarse del tren y a caminar por un pedregal con lo puesto...
El resultado son miles de ideas sueltas, frases faltas de palabras, metáforas sin identidad y gritos impotentes plasmados en una hoja de cartón piedra disfrazada de papel que sólo se puede sostener con guantes especiales, porque abrasa. "Soy Antonelo Sebastián Teco y ya no puedo dormir".
Le despidieron y le obligaron a dejar sus piernas en la taquilla. Amputado quiso refugiarse, pero el piano Bach tampoco le pertenecía. Se las apañó como pudo para fabricar una superficie donde poder escribir su situación y lanzar la descripción al mar postal. Casualmente llegó a mi buzón sin remitente y ahora trato de recomponer el sentido de un recorrido sin resolver.
Comentarios
J.S.Bach
Me gustaría ser capaz de fabricar una superficie para ponerme a escribir de una vez. Aunque se pierda en el mar postal.
...Y seguramente la superficie esté deseando que la fabriques, harta de permanecer en el fondo.