Ir al contenido principal

Punto y seguimos

Madrid. Daniel Seseña
Dentro de pocos días va a hacer un año de aquella noche en que todo pasó, bajo la apariencia de que nada pasaba. El punto de encuentro (también punto y seguido): C/ De Nadie con Travesía En parte. Llevábamos una semana hablando a través de una red social. El trabajo nos unía, el sentido (menos) común nos separaba. Ella vivía lejos y yo cerca. O al revés. ¿Quién sabe? Los mapas son muy relativos. Pero una semana antes del suceso, un link nos reunió en territorio neutro y virtual. 

Ella venía de resolver un crimen casi perfecto, yo salía de una película que se me había hecho demasiado larga, y una búsqueda nos llevó al mismo lugar. Ese espacio reservado para los que dudamos por sistema y resolvemos como podemos. Había mucho ruido alrededor, pero nos detectamos inmediatamente. Ella quería conocer el extremo de sí misma, y yo estaba bordeando los límites de una cordillera personal. ¿Qué buscas? Me preguntó. Un camino de vuelta que no me haga retroceder, respondí. En ese instante se nos abrió una puerta que no dudamos en cruzar. La típica puerta que solo se abre si das con la clave exacta.

Fueron siete días de mensajes indirectos en un mismo sentido, pero en dirección por determinar. Ella, quiso compartir conmigo el poso que le había dejado el crimen casi perfecto. Yo, le enseñé las heridas tras mi último rodaje en interiores. Una semana en la que ambos estábamos descubriendo que crimen y película necesitaban otro punto de vista para encontrar el desenlace preciso. Decidí desclasificar parte de mi guion, decidió darme pistas. El planteamiento entonces nos llevó a construir un primer nudo. Fue en ese cruce de caminos: C/ De Nadie con Travesía En parte. Nos pusimos cara y trescientos planteamientos más sobre la mesa. Paseamos toda la noche sin parar, dándole vueltas a todo. Ficción y realidad unidos por el manotazo de la duda. Entonces llegó el momento ¡Sí, esa misma noche! Llegó el momento de preguntarnos si el desenlace era el final o un "punto y seguimos". Una pausa entró en acción. Un silencio de los que envuelven pero no incomodan. Y finalmente, la certeza... Encontramos ese extremo de nosotros mismos que buscábamos. Fue la noche en que todo pasó.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Vaya historia! Va sola, como deslizándose, por caminos de vuelta sin retorno.
(Aparte: ya quisieran los guionistas de Twin Peaks contar contigo)
tapón

Entradas populares de este blog

El verbo y el tren coloquial

Estación de Atocha, Madrid. Enero 2016 Esperaba subirse a un verbo que le llevara lejos. Lejos del último adjetivo que le arrastró hasta el reverso del suelo que pisaba. La mente en blanco y un mapa por recomponer, una geografía por reubicar. La frase de su amiga fue letal. Cada letra iba cargada con verdades que ni él mismo había valorado. Las comas, las pausas, los silencios y lo malditos puntos suspensivos quemaban. Así esperaba ese vehículo redentor. Inquieto, teneroso, tembloroso, entusiasta del desaliento, sabedor de sus miserias, conocedor accidental de las verdades que le dan cuerpo a la mente... ...Y en su maleta tan sólo llevaba un verso contagioso que no escribió. Un texto que recibió por azar de un sueño a través de un diálogo que no sabe cómo empezó pero sí adónde le llevaba.  El murmullo del vagón susurraba desde el fondo del plano. Podía oler el reflejo de su escapada. Imaginaba una huída para empezar, no de cero, pero sí desde un quiebro de sí mismo. Enrai

Las palabras se las lleva Twitter

Apenas estaba digiriendo una información -con alta carga de valor- cuando un tuit la bajó de golpe muro abajo. Intenté seguirla, pero no paraba de caer al foso; y durante el imparable descenso iba olvidando el cuerpo de la noticia que me había llamado la atención. Finalmente renuncié y volví a lo más alto del muro de nuevo, con la esperanza de leer algo interesante, entonces un hilo que sostenía al texto en extinción entró en escena. Intenté seguirlo pero poco duró su vigencia. Una vez más la gravedad de las redes sociales impuso su fuerza.  El volumen de la ansiedad de la masa social por publicar, por ser viral, por conseguir apoyo de followers, ¡por ser!, por estar, por pintar, pesa y ocupa tanto que la palabra apenas puede sostenerse. De hecho acabo de perder el hilo que me trajo hasta este texto. ¿Habré incorporado la misma gravedad y procesado de ideas? Es posible, porque ya se me está haciendo largo y empiezo a sentir ansiedad por publicarlo y que funcione por sí solo. Pesa

Idas y venidas por una mala salida

 Viéndolas venir me dieron en toda la cara. Una a una, las idas y venidas de años anteriores (y una del que entra) fueron golpeándome repetidamente hasta que pronuncié la palabra requerida: "Perdón". Las idas reclamaban un sitio concreto al que llegar; las venidas, más dimensiones. La correspondiente a 2021 era ida y estaba algo más perdida. Lo más difícil para mí fue darme cuenta de que tenía la responsabilidad de ubicarlas. Lo supe por una mala salida de otra persona hacia mí. Ésta, la mala salida, me advirtió -poco antes de abofetearme por izquierda y derecha con la mano abierta- de que debía organizarlas. ¿Cómo? pregunté. Viéndolas venir, exclamó. Así que tras pedir disculpas y tomar la firme decisión de implicarme en la búsqueda de lugares y dimensiones, todo empieza. A ver...