Aquella noche se dejó la cámara grabando y al día siguiente descubrió que actúa hasta cuando cree no actuar. Cuando piensa, cuando habla por teléfono, cuando se atusa el bigote, cuando se queda en blanco, cuando se pelea consigo mismo, incluso cuando todo se la suda. Siempre actúa. Desde ese día Raimundo Terrón no cierra una puerta por miedo a quedar 'al otro lado'; evita abrir las ventanas de par en par y sólo lo hace en días impares; y mete su cámara dentro de un cajón vacío.
El problema es que la cámara sigue grabando esté encendida, apagada o condenada en el fondo de un mueble bar. Cuando se la compró a Yan Chi Tao, 'el telonero de fondo' (quien tiene historia aparte), actuó sin conocer el papel que interpretaba en aquel momento. "Esta cámara lo glaba todo", aseguró Yan Chi, y Raimundo se limitó a pagar... Y a contestar sin pensar: "Justo lo que necesito". El miedo a quedar al otro lado, al par de las ventanas o a no mirar al objetivo le están pasando una factura sin resguardo.
Cuando duerme, el visionador se conecta automática y autónomamente, y la cinta empieza a pasar su vida ante él, al mismo tiempo que la cámara no para de grabar. Raimundo ya no sabe cómo actuar, no sabe por qué era "lo que necesitaba". Se ve actuando, se ve ignorando, asumiendo, observando, aprendiendo, pero siempre con un ojo pendiente de un objetivo. De pronto ve algo que le llama la atención, rebobina, congela la imagen y se descubre en un plano sin pretensiones. Trata de aferrarse a él como si fuera su última esperanza de encontrarse con vida. Pero el plano desaparece y la secuencia sigue adelante; y la cámara... grabando.
A las 17h del día 20 de marzo de 2000 la policía encontró una cinta en el piso de Raimundo sin rastro de Raimundo; y con las ventanas abiertas de par en par. Román Bofríz, el agente que lleva el caso, lo sigue llevando... como puede. Hoy continúa visionando y asombrándose de la actuación de Raimundo. Lo misterioso del asunto es que la cinta, en teoría, ya tendría que haber terminado de pasar una vida por sus bobinas. En cambio no parece tener fin y Raimundo no aparece por ningún lado, pero sí al 'otro lado', al que tanto temía.
Comentarios
TP
TP, me gusta mucho tu comentario y me pregunto sobre esa actuación en el circo. Seguro que en palabras da para mucho más que 5 minutos.