Ir al contenido principal

Sobre ruedas por tus cuadros

Nos encontramos en un escenario muy conocido: el espacio de La última cena. Pero allí no había ni Cristo, tan sólo ella y yo; dos agnósticos despojados de la realidad e incluídos por un sueño ajeno en un cuadro único. Nos mirábamos boquiabiertos y nos reíamos. No sabíamos qué hacer, dónde sentarnos, picar algo de la mesa, probar a encontrar límites en un sitio limitado a priori por un marco... Seguíamos riéndonos.

Por fin decidimos sentarnos y observar desde dentro lo que tantísimas veces habíamos visto desde fuera. Abrazados a la complicidad que nos llevó hasta aquí, disfrutamos de cada instante como si fuera real. Ambos sabíamos que en algún momento el portador del sueño nos sacaría bruscamente de la escena. No teníamos mucho tiempo. Entonces ella, escéptica, exclamó irónicamente ¡Cómo vamos a estar aquí, cómo vamos a acabar esto juntos en otro cuadro y cómo vamos a indepencizarnos de tu sueño!

En efecto, era mi sueño, pero circulaba por otro canal que no controlaba. Hagamos una lista. Le dije. Una lista con los cómos que nos han traido hasta aquí. La sellamos y la abrimos en el próximo cuadro. Si llegamos hasta éste, las leemos. Cuando abrí los ojos un rato después (10 años en realidad) me encontré 1 minuto después (1 segundo onírico) en la habitación donde Escher dibujó sus manos pintadas. Y ella seguía a mi lado. Entonces destapamos la lista de deseos imposibles. De sendos sobres salió uno de los cocodrilos de Escher para guiarnos por aquel laberíntico lugar. Nos dejó en un paisaje tranquilo de Sorolla, sin nadie. ¿Lo hemos conseguido? Pregunté. No lo sé, contestó. Pero aquí seguimos

Aquí seguimos. Esas dos palabras las llevo siempre conmigo. Por supuesto despertamos; por supuesto era un sueño, pero hoy, 20 años después (o no)... Por supuesto, continuamos pintando una historia que nunca termina por mucho que la lógica (aún no sé de quién) se empeñe en dictar su final. Con lo cual no paramos de pedalear porque sobre ruedas nada está escrito.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Parece que Alicia ha sido desterrada al país de las Maravillas. Espero que despierten pronto
Anónimo ha dicho que…
Si uno se aferra todo el rato a la lógica ajena, ni te sales del marco porque de pronto se te encoge la casa, ni te vuelves loco un día y te saltas la merienda. Y puede pasar que acabes 'comiendo una manzana dos veces por semana sin ganas de comer'

Fdo: un jedi con albornoz blanco

Entradas populares de este blog

Las palabras se las lleva Twitter

Apenas estaba digiriendo una información -con alta carga de valor- cuando un tuit la bajó de golpe muro abajo. Intenté seguirla, pero no paraba de caer al foso; y durante el imparable descenso iba olvidando el cuerpo de la noticia que me había llamado la atención. Finalmente renuncié y volví a lo más alto del muro de nuevo, con la esperanza de leer algo interesante, entonces un hilo que sostenía al texto en extinción entró en escena. Intenté seguirlo pero poco duró su vigencia. Una vez más la gravedad de las redes sociales impuso su fuerza.  El volumen de la ansiedad de la masa social por publicar, por ser viral, por conseguir apoyo de followers, ¡por ser!, por estar, por pintar, pesa y ocupa tanto que la palabra apenas puede sostenerse. De hecho acabo de perder el hilo que me trajo hasta este texto. ¿Habré incorporado la misma gravedad y procesado de ideas? Es posible, porque ya se me está haciendo largo y empiezo a sentir ansiedad por publicarlo y que funcione por sí solo. Pesa

UN MENSAJE PARA TI, RUDY

Se llama Lucas (o no) y hoy cumple 38 años . Es un gran tipo, sencillo, culto, oculto, inquieto, humilde, aficionado a los palíndromos y sabedor de que un día su limonero seguirá creciendo sin él… Y no voy a poder tirarle de las orejas. Cuando éramos pequeños, mi tía –nunca supimos por qué- le llamaba Rudy … Jugábamos en el mismo barrio y compartíamos juguetes ( barco pirata de los Clics de Famóbil , Scalextric , las chapas…); pero lo pasábamos en grande con las guerras de calcetines . Fundamental darle solidez a los clásicos mendrugos de hilo. Nos repartíamos los bolazos de un extremo de la habitación a otra. Recuerdo el dolor de risa que me entraba antes, durante y después… Impresionante. Ya, siendo mayorcitos , también hemos vivido momentos únicos, en el concierto de Paul Weller en la Riviera (Madrid) en el año 2003; o en el FIB el mismo año… Sin duda es una de las personas que más me ha influido musicalmente a lo largo de mi vida. Él me metió el gusanillo del SKA , del Sou

Idas y venidas por una mala salida

 Viéndolas venir me dieron en toda la cara. Una a una, las idas y venidas de años anteriores (y una del que entra) fueron golpeándome repetidamente hasta que pronuncié la palabra requerida: "Perdón". Las idas reclamaban un sitio concreto al que llegar; las venidas, más dimensiones. La correspondiente a 2021 era ida y estaba algo más perdida. Lo más difícil para mí fue darme cuenta de que tenía la responsabilidad de ubicarlas. Lo supe por una mala salida de otra persona hacia mí. Ésta, la mala salida, me advirtió -poco antes de abofetearme por izquierda y derecha con la mano abierta- de que debía organizarlas. ¿Cómo? pregunté. Viéndolas venir, exclamó. Así que tras pedir disculpas y tomar la firme decisión de implicarme en la búsqueda de lugares y dimensiones, todo empieza. A ver...