Me dijo que "las fotos se pierden en la memoria". Pero lejos de jugar con la imagen de los significados, se refería a mis archivos, a mi disco duro. Ni metáforas ni hostias. Así es mi tío Román. Con esa mirada y esa forma tan intensa de hablar, siempre parece que te va a regalar alguna instantánea y anhelada lección, y cuando estás a punto de poner el cerebro en REC, pega una patada brutal a la silla y te caes de culo al suelo porque es una frase tan transparente como práctica. Y de fondo: Miles de instantes están perdidos en mi memoria sin derecho a recuerdo. Una simple clasificación por años los salva de descontextualizarse para siempre, pero los condena a la pena de olvido perpetuo.
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Weezer 1994 |
Anoche entré a mis archivos por una puerta trasera, la del sueño. Con un ojo abierto y el otro... medio lleno, un pie en la tierra y el otro listo para salir corriendo, decidí revisar momentos del pasado. El vértigo siempre presente; el que provoca constatar el tiempo que ha pasado sin darte cuenta. Por ejemplo, abro una foto de un concierto al que fui en 1994...¡Casi 20 años ya! El directo de un grupo que sigue 'tocando' en Facebook. Por aquel entonces, cuando escuchábamos música de la generación de nuestros padres y nos los imaginábamos con los atuendos propios de los setenta, la sensación temporal de dos décadas era tan holgada, que el paso de tanto tiempo parecía ajeno. Cualquier veinteañero que escuche Undone - The Sweater Song (de Weezer), sentirá lo mismo que sentí con 20 años menos ante mis padres. Me da vértigo.
Una foto me lleva adentro; otro archivo me saca de mis casillas; la carpera de principios de 2000 me sube a una montaña rusa... El invierno pasado me eleva la temperatura. Imágenes sin clasificar me mandan señales que desconozco. Una cara del pasado me estrella contra mi cruz. El contraplano al que nunca me enfrenté, y que parecía desenfocado, ahora está tan nítido que no deja lugar a la sombra. Un guiño se entremezcla con una idea que nunca tuve, mientras una decisión tomada a destiempo revela su importancia. El temblor del párpado derecho permanece retratado en la colección. Los nervios padecidos en aquella foto de grupo no se pasan. Aquel beso, aquel recuerdo, esa media sonrisa que no termina de pronunciarse...
Me tomo un respiro que poco después se convierte en ardor. El tío Román me abraza y me pellizca el moflete. Una vez más parece que va a aleccionarme... Esa mirada, esa seguridad... "Las fotos que guardas hoy agitan las ojeras de un futuro, que si piensas en él, ya ha pasado". ¡Toma ya! Ahora sí que me ha descolocado. Me abrazo a él y por un instante me quito 20 años de encima, sin embargo, él me transfiere sus dos décadas y nos quedamos con lo puesto. El respiro sabe a gloria y los pies posan paralelos sobre el suelo de mi piso alquilado. Mi casera me llama cariñosamente "El inquilino que pisa década firme y de paso mira atrás".
Comentarios
He ido a la nevera y nada.
Así que hoy vengo a "enriquecer mis provisiones de metáforas", a ver si con suerte saco el dedo del ojo ajeno y lo pongo sobre el teclado propio.Y de paso me llevo un abrazo que acaba en empate. No está nada mal.
grp
P.D: a cambio dejo un google poetics con el que era el principio de mi comentario. Google dixit.
Te leo
Te leo cuentos
Te leo la mente
Te leo al revés