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Se acabó, a seguir

En esta travesía entre fines e inicios los personajes se mueven con los que entran y con los que salen, entre los que se paran, los que separan, los que pegan cabos por soltar, los que viven su eterno retorno, los que sufren y los que frivolizan por no saber sufrir a gusto, los que manejan su azar y los que remueven interiores. Son los que están aunque no sean todos. Son los que han tatuado este blog, que cada día distorsiona más la cara B de la crónica ficción. Desde Casimiro, Rubén El Mago, Martínez Asesinado, Justo Ahora, Rosa la florista, las monjas del estanque oxidado, Franca La Puta, el mimo idiota, el tuno bobo o Ramiro y sus parquímetros. Y cómo no, El Pegador freudiano. Pobladores de Castrunteriza, traficantes de adverbios, contracturados verbales, antenistas fiscales o arremetidos con bajos sin resolver...

Midnigth in Paris (Woody Allen, 2011)
Se acabó, a continuar sembrando el mundo adulto con alteraciones asimétricas. 2015 es el año de la recuperación geométrica, el año que va a ser tajante por no dejar de estar pendiente de los días contados. Tiempos transversales armados de paralelismos con ecos inconexos. Época de inquietudes inquietantes y deliciosas nebulosas. Y sobre todo va a ser lo que tenga que ser. Eso sí, cada uno va a ir a lo suyo, que es lo propio. Y en esa carrera por travesías separadas existe un canal que comunica la duda con la pregunta adecuada. La palabra con su amante el silencio.

La meta sólo la cruzarán los asuntos, las cosas y los personajes que más de atrevan a reventar las seguridades más imberbes. Aquellos dispuestos a partirse en dos, en tres y en los segmentos que haga falta para no tomarse en serio lo suficiente. Porque lo suficiente sólo se toma en serio con calma. La digestión es la clave de un trayecto coherente.


Ahora veo que llegan los primeros. Pero quedan muchos días para que terminen de pasar quienes decidieron trazar sin borradores. Ella es una de las últimas que cruza como pionera. Ella no quiere nombres, sólo hechos; por eso está ahí. Más allá del aquí de partida. Un logro. Se acabó, sigamos. E insisto con el último poso de fuerza que queda en la batería de 2014: ¡Seamos de esos!

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