Ikebana, palabra japonesa que significa el camino de las flores, esta palabra toma forma convirtiéndose en el arreglo floral.
Su origen se remonta al siglo VI, consiguiendo llegar a nuestros días protegido por el amor que el pueblo japonés siente por la naturaleza. En sus comienzos se reservaba exclusivamente para los altares de los templos budistas, estos arreglos se hacían en jarrones (nagueire), más adelante se introdujo el recipiente bajo llamado (moribana).
Actualmente ha alcanzado tal popularidad que su práctica abarca desde simples aficionados hasta diseñadores profesionales y artistas, introduciéndose en casas, oficinas, hoteles.
La forma esencial plástica del Ikebana es el triángulo, este triángulo estará formado por líneas de ramas y de flores, estas ramas a su vez representan el cielo la línea principal, el hombre la línea intermedia sirviendo de comunicación entre el cielo y la tierra, por último la tierra representada por la tercera rama, los arreglos varían según la inclinación y colocación de las ramas, su belleza se intensifica por la perfección de las líneas, la armonía de colores, el espacio y la forma.
Tan preocupados hoy en día por reflejar el tiempo real, la inmediatez de las noticias, resulta que el arreglo de Ikebana al ser un arte efímero refleja en cada momento el paso del tiempo, ya que dentro de sus reglas se contempla y se cuenta con capullos de flores que aun no han abierto, alguna hoja un poco marchita que puede caer en cualquier momento, la asimetría domina en todos los arreglos incorporando de esta manera el movimiento, contar con el espacio vacío, enfrentado al espacio ocupado es otra de sus normas, el agua del contenedor desempeña también un papel importante
Dentro del Ikebana existen numerosas escuelas como Ikenobo, Misho, Ohara, Sogetsu etc. La exposición que la galería Barca Solar alberga en su espacio es de la escuela Sogetsu, esta escuela es la menos tradicional del Ikebana, a sus alumnos se les inicia con una formación de arreglos básicos tradicionales, cuando la persona ha asimilado la esencia del Ikebana, entonces se profundiza en conceptos que tienen en común la pintura y la escultura, realizando una investigación de materiales, formas, objetos, colores, superficies, líneas, sin perder de vista el material vivo es decir (flores y ramas ) aunque existen arreglos que prescinden de ellos. Dentro de la escuela Sogetsu se aprende a valorar la riqueza y belleza de la naturaleza, en los arreglos más avanzados se rompen las normas, creando verdaderas esculturas inspiradas en la misma.
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