Tres digestiones cortadas, una bocanada de aire seco y dos caricias como bofetadas después, Gutiérrez El Poli, salió por la puerta grande para caer en saco roto. Siempre quiso invertirse, pero no contó con la posibilidad de colarse por su propio agujero. Así ocurrió. Y ahora está postrado en un suelo frío, solo y desamparado. Sin nada. Con el recuerdo de la mala digestión y las caricias tórridas del aire más áspero, capaz de susurrarle que no vale nada.
Gutiérrez El Poli es de los que nunca resbalan sin antes asegurarse de que pueden hacerlo. Nunca perdió ni un segundo, ni un duro, en desaprovechar los recursos que tenía a su alrededor. Fueran del tipo que fueran. Todo eran recursos, incluso él. Se miraba en los charcos y se encontraba atractivo. Entonces entendía que encarnaba un valor en sí mismo. El problema es que lo llevó demasiado lejos. Perdió la perspectiva y dejó de ver la línea que separa al saco de la vida; la piel de las vísceras; la masa gris de las ideas...
El eco le contradice. Habla en alto para distraerse. Sabe que nadie va a venir a rescatarle, porque nunca ha invertido (ni intervenido) en esa posibilidad. No le asusta la muerte, pero sí su lentitud. Lo tiene calculado, ésta llegará en un par de días. No quiere provocarla, porque el suicidio no figura en sus planes. Y no llora porque siente tanta lástima de sí mismo que no se lo permite. Lo intenta, pero no puede, no quiere. De los esquemas claros empieza a pasar a las contradicciones. Sufre calambres combinados con convicciones y arrepentimientos.
Antes de morir quiso liberar sus ocurrencias ahorradas durante años. Esas que no llevaban a nada ni valían un duro, pero que durante ratos le valían para romper sus estructuras. Algunas tronchantes, otras geniales y otras tantas, incluso, perversas. Pero todas en las antípodas de sus intereses. La muerte llegó y no pasó de largo, se detuvo y le miró a la cara para invertirse hasta ponerse a su nivel; lo suficiente como para rebañar cada concepto de Gutiérrez El Poli y que no quedase nada en el gran plato.
Comentarios
Un abrazo
Y le va de puta madre.
Abrazo, Estimado.
Abrazo, apreciado!