Se llamaba Raúl, mi amigo durante 3º y 4º de EGB, allá por los 80s. Como muchos compañeros dejaron aquel colegio, el San Juan Bautista, para entrar en las filas educativas de otro centro. No tengo un recuerdo muy nítido de aquellos años, pero sí sé que Raúl siempre ha ocupado un lugar especial en mi cabeza. Entrañable, simpático, compañero, generoso, educado, rápido, listo, llevaba adjuntos estos y muchos más adejetivos, y muchos más que amplificó con los años.
No hablaba con él desde 6º de EGB hasta que un buen día, tras colarse en un recuerdo y pasar a protagonizar un post en Periofismo ficción después, Facebook nos volvió a juntar. Así son las cosas, de pronto se te cruzan los cables, rescatas un nombre y al instante te ves charlando (en formato adulto pero con las estructuras de la infancia) con tu amigo de entonces. Le busqué después de escribir aquella entrada (que no consigo encontrar), la foto de su avatar no dejaba lugar a dudas. Era él, la misma cara pero con el gesto de llevarse bien con los años. En brazos sostenía a un retoño llamado Guille, que confirmaba esa buena relación con el tiempo, su tiempo. Le mandé un mensaje inmediatamente y al rato ya tenía una respuesta.

Es curioso cómo durante años no verbalizas sentimientos ni recuerdos y en un momento, hablando con una persona con la que no has hablado en 30 años, te llegan hasta los olores de tantos instantes (de los pasillos de EGB, la merienda de las 16h, el serrín en el suelo en los días de lluvia, etc.); incluso imágenes 'inéditas' que permanecían en 'archivo' junto a las 'editadas'. Quedamos en seguir en contacto, le felicité por su paternidad y él a mí por la mía futura; nos despedimos.
Desde finales de 2009 no volví a saber nada más de él. Tampoco actualizaba su muro, así que pensé: se habrá cansado de Facebook, ya nos volveremos a encontrar. Pero el otro día me llevé una alegría enorme cuando su hermana Miren se puso en contacto conmigo. Hablamos un rato y también se rio con el recuerdo del 600; ella también era parte de aquel vehículo. Y la alegría se esfumó cuando me dijo que su hermano había fallecido en un accidente de tráfico el 12 de enero de 2010. Apenas unos meses después de nuestra efímera y virtual conversación.
El 6 de diciembre habría cumplido 38. ¡Hasta siempe, amigo!
PD.: ¡Ánimo, Miren y toda la familia!
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Ánimo!