El hermano habló con el ex, el enemigo con el colega, la madre con el amante; el jefe tonteó con la hermana; los conocidos se repartían los símbolos; la profesora valoraba a un ex alumno descarriado; un famoso se desfamosó y compartió vida tangible; la escritora se enamoró del astronauta... Y todo esto ocurría gracias a un comentario espontáneo de la persona que todos ellos tenían en común: Nicola.
Esa mañana se había levantado ocurrente y decidió compartir una frase en su muro social: "Hoy he soñado que Murphy confesaba haber robado la ley a un tipo que vendía frutos resecos". Los likes empezaron a caer como ranas en un dilubio apocalíptico. Los comentarios/respuesta se sucedían por segundo. Parecía que todos celebraban la onírica desarticulación de Murphy. Y todos eran ese conjunto de gente dispar; conocidos por Nicola y desconocidos entre ellos. Y ahí estaban, unidos por el contexto propuesto por ella gracias al comentario surgido de un sueño.
Poco después, "la escritora enamorada del astronauta" (miembro de esta entelequia) soñó que soñaba con Platón y su puta calavera, un grupo musical que nunca fue. Al despertar escribió el comentario posterior y reunió a un grupo, si cabe, más heterogéneo... A saber: un alumno hostil, una monja perdida (Sor Teófila), un quiosquero que odia el papel, un tío distante, una amiga del alma, un "follaamigo" despistado, un "anacronista" forense (Federico) y a Nicola.
Poco después, "la escritora enamorada del astronauta" (miembro de esta entelequia) soñó que soñaba con Platón y su puta calavera, un grupo musical que nunca fue. Al despertar escribió el comentario posterior y reunió a un grupo, si cabe, más heterogéneo... A saber: un alumno hostil, una monja perdida (Sor Teófila), un quiosquero que odia el papel, un tío distante, una amiga del alma, un "follaamigo" despistado, un "anacronista" forense (Federico) y a Nicola.
Y todos, absolutamente todos, hablan del asunto en el mismo espacio. Pero solo ellas, Nicola y la escritora enamorada del astronauta, saben qué historias hay entre los vínculos espontáneos, tras los likes o delante de las asociaciones entre ajenos comunes. Solo ellas saben que así es la vida. Enlaces trazados, escritos, por unos o por otros y recorridos por ellos y los de más allá desde aquí y ahora. Y ahora, cada una desde su dimensión, sabe cómo viajar, disfrutar de la experiencia y seguir soñando con sonidos que aún no han sido entonados.
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