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SER ARTE HASTA LAS TRANCAS

En la nota rota dice: Besarte, ser arte, ser parte... Eso quiero. Pero sólo lo quiero, porque si no no puedo, contigo. Jamás fui tan sublime como cuando nos alineamos sobre nuestro viejo colchón de inseguridad. No hay firma. El papel está partido por la mitad... o por una cuarta... parte. No volví a ver al tipo del autobús, sigo sin saber nada de Elparapeto Tarugo. A cambio, la mañana de hoy me deja esta media nota con todo por construír; más una pizca/pista que callar.

Imaginando no llego al final. Pero pensando en la mirada de ayer del viejo Tomás (el de la tienda de chatarra), veo a un sujeto deseando ser sujetado por una mujer (intuyo que Mariana, la portera del 7). A un personaje enamorado hasta las trancas, después de años mirando objetos recopilados (olvidados, vendidos al peso, tirados, recogidos, viejos, nuevos que nacieron viejos, abandonados...) a los ojos del material más inanimado. Sólo es una teoría.

El peso se lo da la propia Mariana, que ha dejado de parafrasear a las 'gentes del corazón', para leer en su silla de mimbre (vinculada al 7, sobre todo en verano) a Marcel Proust. Será que ambos se han dado cuenta de que el barco en lontananza de Proust va más rápido de lo que pensaban. Es momento -¿pensarán?- de pasar a ser parte y hacer arte con los años de una relación -dicho en modo cuadro- sobre colchón inseguro.

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