Como conserje vuestro que soy os debo una explicación, gritaba en mi sueño desde lo alto del balcón del bajo Izquierda. Tantos años vendiéndonos la venta como la mejor inversión en uno mismo, pensaba yo tras mi sueño, y ahora Eugenio encuentra su yo más genuino a través del alquiler. Tráfico de porteros, conserjes en alquiler, camellos del chascarrillo, portadores de verdades vecinales, responsables de portal, portales que hablan. Sea como sea su mundo exterior -repleto de interiores-, sin ellos, estamos... vendidos.
Apenas estaba digiriendo una información -con alta carga de valor- cuando un tuit la bajó de golpe muro abajo. Intenté seguirla, pero no paraba de caer al foso; y durante el imparable descenso iba olvidando el cuerpo de la noticia que me había llamado la atención. Finalmente renuncié y volví a lo más alto del muro de nuevo, con la esperanza de leer algo interesante, entonces un hilo que sostenía al texto en extinción entró en escena. Intenté seguirlo pero poco duró su vigencia. Una vez más la gravedad de las redes sociales impuso su fuerza. El volumen de la ansiedad de la masa social por publicar, por ser viral, por conseguir apoyo de followers, ¡por ser!, por estar, por pintar, pesa y ocupa tanto que la palabra apenas puede sostenerse. De hecho acabo de perder el hilo que me trajo hasta este texto. ¿Habré incorporado la misma gravedad y procesado de ideas? Es posible, porque ya se me está haciendo largo y empiezo a sentir ansiedad por publicarlo y que funcione por sí solo. Pesa
Comentarios
Yo conocí a uno y sin duda es la persona que más contenta se puso cuando leí la tesis:
- Ya soy doctora!-le dije
- Por fin tenemos un médico en la escalera!!- se puso a gritar como un loco.
Nunca le saqué de su error, así que quedé completamente vendida...a su salud.