
Son un grupo de personajes nuevos, con el sentido de la gravedad recién estrenado. Ella, Verónica Supadresan, les había sacado el máximo rendimiento, pero nunca se rindió... Y eso pasa factura; las consecuencias de verse abandonada por los personajes que diseñó, parió y dejó secar en exceso. No es un drama que esté sola; sabe recomponerse y reinventarse. No, no hay drama, y sí una trama llena de pliegues, surcos, espacios y requicios con distintos sabores y tonalidades por descubrir. El problema es que ellos, sus criaturas, están descontroladas y carecen de referencias reales en las que apoyarse para aprender a autodefinirse sin cuelgues.
Comentarios