Esta mañana me he encontrado una tuerca en el suelo. No es una tuerca cualquiera. Más grande de lo habitual, con un lado más de lo convencional, un nombre propio tallado en la base de la rosca (Filemón Materio) y cálida en toda su dimensión, marca la diferencia. No conozco a ningún Filemón Materio, no me suena del barrio. Por otra parte no sé qué hacer, no me gusta que alguien vaya por ahí sin su tuerca de serie.
Anoche el Madrid ganó la Copa del Rey y ésta cayó al suelo. Me pregunto si mi hallazgo estará relacionado. No lo creo, según veo en el vídeo, el SAMUR con mucho mimo recogió todas las piezas. Un sintecho -que de momento no ha sido retirado del barrio- observó toda la celebración y me comenta emocionado el gesto de Protección Civil de Madrid de auxiliar la preciada Copa. Se le caen las lágrimas mientras narra su crónica. Todo su equipaje está calado (ha llovido a mares), veo los dedos de sus pies a través de las zapatillas rotas, pero su camiseta del Madrid conserva su blanco nuclear, como los dientes de los famosos... Se despide de mí con un orgulloso ¡Hala Madrid!
Él no es Filemón. Aprieto la mano y me aferro al tornillo hallado. Si tres miembros de Protección Civil luchan por salvar la vida a una copa de metal, ¿por qué no me voy a quedar yo con mi trozo de cordura de hierro?
Comentarios
Yo no soltaría ese trocito de cordura metálica, no!.