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UN CÁNTICO AL NO, ESTE AÑO SÍ

Unos los llaman jugones, otros peleones, yo prefiero llamarlos: corretones. Como aquel postre que se zampaban los pajarracos malos de Cristal Oscuro (Jim Henson, Frank Oz - 1982). Los corretones son dementes, colchoneros (o no), perdedores en potencia –que no fracasados; estos son los que no se mueven y no lo intentan-, contestones, sabedores de nunca ser los primeros, amantes del segundo plano, agitadores de la retaguardia, conformistas o inconformistas en función de las circunstancias, nihilistas, relativistas, tocapelotas, incansables...

...Neuróticos –que no sicóticos-, obsesivos, amantes del vino, de la lucha, a veces un poco broncas, provocadores, pesados, expertos en escapar cuando hay que escapar y prisioneros del compromiso, responsables, originales a veces otras veces previsibles, ingenuos dosificadamente, rápidos si merece la pena, contrarios a las conversaciones vacías pero potenciadores de las mismas cuando no queda más remedio...

El Estu se ha salvado y el Atleti vuelve a la Champions tras 11 años de sequía europea. Enhorabuena y una palmadita a todos los que seguimos cantando al NO que "Este año, SÍ".

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Estación de Atocha, Madrid. Enero 2016 Esperaba subirse a un verbo que le llevara lejos. Lejos del último adjetivo que le arrastró hasta el reverso del suelo que pisaba. La mente en blanco y un mapa por recomponer, una geografía por reubicar. La frase de su amiga fue letal. Cada letra iba cargada con verdades que ni él mismo había valorado. Las comas, las pausas, los silencios y lo malditos puntos suspensivos quemaban. Así esperaba ese vehículo redentor. Inquieto, teneroso, tembloroso, entusiasta del desaliento, sabedor de sus miserias, conocedor accidental de las verdades que le dan cuerpo a la mente... ...Y en su maleta tan sólo llevaba un verso contagioso que no escribió. Un texto que recibió por azar de un sueño a través de un diálogo que no sabe cómo empezó pero sí adónde le llevaba.  El murmullo del vagón susurraba desde el fondo del plano. Podía oler el reflejo de su escapada. Imaginaba una huída para empezar, no de cero, pero sí desde un quiebro de sí mismo. Enrai

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