Ir al contenido principal

COLGADAS POR SU ESTADO

Jo, tía que Juancho y yo somos novios. ¿Y eso, tía, cómo estás tan segura de que no es un lío? Porque lo ha puesto en su Facebook? ¡Hala, tía! ¡Ya ves! ¡Bua! Mila y Juana se disputaron la ansiedad en el trayecto de metro entre las estaciones de Paciencia y Soberana. Fue un diálogo lleno de granos, estéticas, nervios... ¡De sincera pubertad! Y Juancho, tranquilo en su perfil. O quién sabe si lleno de muescas en las uñas.

Pero no, Juancho es un tipo seguro en sus asuntos con ellas. Alto, guapo, lleno de amigos en su Facebook y rodeado de peticiones ajenas. Su estado sentimental es tan preciado que casi no importa lo que ocurra en el cuerpo a cuerpo. Mila ha cumplido un sueño: ser la primera en colgar el cartel virtual de "Juancho está en una relación". Un estado de ánimo tan llamativo y deseado como efímero; pero de momento ella es la causa del efecto.

¡Jo tía, qué guai! Ya te cuento. Bua. ¿Sí o que? ¡Buf! Oye tía. Qué. Lo que no me mola es que ha aceptado a Tania. ¡Qué zorra! Ya ves. Qué mal rollo. Mañana la freimos... ¿Cómo? Nos hacemos un perfil y la metemos en un lío, esta está tan desesperada que fijo que se lo cree. ¡Ay, sí, ya sé qué foto vamos a pillar! ¿Cuál?La de Roni, el amigo del amigo de Andy. ¡Vale! Se va a cagar. ¡Qué zorra!

Antes de que entraran en acción, Juancho cambió su estado y volvió a ser soltero. Y ahí terminó todo.

Comentarios

labertolutxi ha dicho que…
Ahora tenemos tres vidas, consciente, inconsciente y virtual.
Juana ha dicho que…
Pues no se si lo habrás oido en el metro, pero yo lo escucho en casa "mi amiga y su novio se declararon por tuenti" y (lógicamente) lo dejaron por tuenti.
Nosotros le dijimos que nada de declaraciones amorosas por tuenti, es de cobardes .... y nos hizo caso.
La Vida es cuerpo a cuerpo, lo demás solo es un instrumento, el problema es la confusión .... ¿aprenderemos a utilizarlo? .... espero que si.
La Zapateta ha dicho que…
Como especie (el ser humano lo es, quizá más que ser) estamos abocados a la evolución, y sin duda a parecernos cada vez más a Kitty (la de Hello K.)es decir, a que nos desaparezca la boca. Ya me contaréis para qué servirá la boca en unos miles de años. El sexo oral desaparecerá y en su lugar emergerá el sexo viral: cuanto más penetres en las redes ajenas más macho serás... la boca ¿pa qué?
Miguel Ángel Pegarz ha dicho que…
A mi me rechina lo de nos hacemos un perfil y... Real como la vida misma.

Entradas populares de este blog

El verbo y el tren coloquial

Estación de Atocha, Madrid. Enero 2016 Esperaba subirse a un verbo que le llevara lejos. Lejos del último adjetivo que le arrastró hasta el reverso del suelo que pisaba. La mente en blanco y un mapa por recomponer, una geografía por reubicar. La frase de su amiga fue letal. Cada letra iba cargada con verdades que ni él mismo había valorado. Las comas, las pausas, los silencios y lo malditos puntos suspensivos quemaban. Así esperaba ese vehículo redentor. Inquieto, teneroso, tembloroso, entusiasta del desaliento, sabedor de sus miserias, conocedor accidental de las verdades que le dan cuerpo a la mente... ...Y en su maleta tan sólo llevaba un verso contagioso que no escribió. Un texto que recibió por azar de un sueño a través de un diálogo que no sabe cómo empezó pero sí adónde le llevaba.  El murmullo del vagón susurraba desde el fondo del plano. Podía oler el reflejo de su escapada. Imaginaba una huída para empezar, no de cero, pero sí desde un quiebro de sí mismo. Enrai

El Cerrojo

Abrí para pedir un café, pero una mirada (que vale 1.000 vocablos) me cerró la puerta. Esperé a que pestañeara, pero solo un párpado estaba por la labor de ceder. El otro protegía -con todo- el ojo avizor. Saqué una llave en son de paz. Dio un golpe en la mesa como respuesta. Intenté darle mi brazo al torcer. Sacó un as. Yo pinté bastos. “El cerrojo, aunque no lo creas lo llevas tú”, me dijo en tono conclusivo. Cuando miré mis manos para intentar descifrar sus palabras la camarera me sirvió un café. No entendí mucho lo sucedido, y menos cuando me giré hacia la puerta nadie miraba. Solo quedaba la mirilla, hidroalcohol y una propina. 

Idas y venidas por una mala salida

 Viéndolas venir me dieron en toda la cara. Una a una, las idas y venidas de años anteriores (y una del que entra) fueron golpeándome repetidamente hasta que pronuncié la palabra requerida: "Perdón". Las idas reclamaban un sitio concreto al que llegar; las venidas, más dimensiones. La correspondiente a 2021 era ida y estaba algo más perdida. Lo más difícil para mí fue darme cuenta de que tenía la responsabilidad de ubicarlas. Lo supe por una mala salida de otra persona hacia mí. Ésta, la mala salida, me advirtió -poco antes de abofetearme por izquierda y derecha con la mano abierta- de que debía organizarlas. ¿Cómo? pregunté. Viéndolas venir, exclamó. Así que tras pedir disculpas y tomar la firme decisión de implicarme en la búsqueda de lugares y dimensiones, todo empieza. A ver...