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NORMA DEL AÑO Y EL BAÚL DE ERTROG

¡Feliz año! ¿Qué quieres decir con eso? Que te deseo un feliz año. No me lo creo. ¿Por? Porque no me has deseado nada bueno en tu vida. Eso, en mi vida, es que es un buen deseo para la tuya. Eso no vale. El qué. Que si felicitas el año has de hacerlo deseando lo mejor a esa persona incluyéndola en tu vida. Eso serás tú. No, es como debería ser y si me felicitas a mí, la norma no es negociable...

Ya me habría gustado negociar con ella, con la Norma. ¿Jean? La misma. ¿Qué habrías negociado? Incluirla en mi vida y felicitarla cada día. A ella sí, ¿Eh? Claro. ¿Y a mí por qué no me quieres ni en pintura? Sí, en pintura sí; de hecho tengo un cuadro en el que apareces. No jodas. Sí. ¿Cuál? El de la mujer... Pero eso es una película. ¡Sí, la que tú me estás contando! Qué borde. Es que yo sólo quería felicitarte. No me lo creo.

Martín y Duarte se pasarán así toda la tarde y la noche, hasta las campanadas. Y tras las campanadas llegan los aplausos y en la taquilla celebran el 'cartel de no hay billetes' temporada tras temporada. Y al final vuelven al baúl de un tipo alto y con aspecto de rabino llamado Ertrog Hill donde permanecerán recordados un año más, ni menos. ¡¡Feliz año!!

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*Este post fue escrito/concebido íntegramente en el Metro entre las estaciones de Goya y Madagascar. Recordé, al final del primer párrafo, un momento estelar de Ópera Prima (Fernando Trueba, 1980) y el resto fue gestionándose sobre el teclado, inexistente pero tangible, de mi iPhone roto, a medida que avanzábamos hacia 2011.

Comentarios

Juana ha dicho que…
Lo virtual es como "en pintura", si quieres lo puedes borrar incluso, ignorar jajajajaja
¡Vamos a por el siguiente con buen ánimo!
¡Feliz Año!
Miguel Ángel Pegarz ha dicho que…
Me encantó la discusión filosófico-resentida-intrascendente.
Feliz 2011 y Salud.

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