No es que me pusieran una multa... No, ya las pagué todas. Entre ellas, la más 'compartida': Prado, 28. Es que sentí pisar una mierda, pero cuando miré al suelo vi otra cosa. Las horas sobre un papel caducado. Símbolo inequívoco de que los minutos, por mucho que pases por encima de ellos, siguen a lo suyo. Sumando enteros.
Me acordé de aquel ¡Pisarlo, pisarlo, pisarlo! ¡Al contrario, pisarlo! De Bilardo. Pero por mucho que me empeñe, él, el tiempo no es ni enemigo, ni colega, ni amante, ni lo contrario. Es inalcanzable, imparable ¡Intocable! Y lo único que puedo hacer es una foto. Así, aunque sea tirando de imaginación... imagino que lo paro con el pie...
Y además con este invento del Instagram (perfecto para yonquis del iPhone y las fotos ocasionales), compartimos lo que capturamos durante esas horas ajenas a nosotros. Lo comentamos, nos reímos a través de comentarios y hacemos más fotos, incluso a otras fotos hechas por la propia ciudad. Algo parecido (eso sí, como aficionado) a lo que 'fotografía' Antonio López con sus manos. ¡Pisarlo, Pisarlo!
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