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ESE PARAÍSO LLAMADO CICELY

Cicely (Alaska): La última frontera, una tierra de contradicciones y contrastes pero también de oportunidades.

Si no la mejor, estoy convencido de que es una de las mejores series de ficción que se han realizado jamás. Hablo de Doctor en Alaska (Northern Exposure). Durante una conversación con mi madre, me contó que había descubierto en un foro una web muy completa sobre la serie. Se llama Cicely On Line y nada más entrar te enteras de que es un “espacio web personal dedicado e inspirado en una de las mejores series de televisión de todos los tiempos. Basándose en ella, pretende ofrecer otros contenidos de interés”. No se equivocaba, es completa e interesante. Primero por su material y segundo por el tratamiento del mismo. Encuentras la descripción de los capítulos, uno a uno, por tramas; los personajes; fotos del pueblo; la música; pero lo mejor son las entradillas de Chris Stevens desde la K-OSO, es decir una colección de citas únicas. Aquí va una (“3.5 Jules et Joel”):

En cada ser humano hay un lado oscuro todos queremos ser Obi Wan Kenobi y en gran medida lo somos pero también hay un Darth Vader dentro de nosotros. No se trata de que tengamos que elegir entre una cosa u otra porque estamos hablando del dialéctica, del bien y del mal que coexisten en nuestro interior. Podemos huir pero no escondernos. Seguid mi consejo, enfrentaos a la oscuridad, cara a cara y hacendarla. Como dice nuestro amigo Nietzsche, ser un ser humano ya es bastante complicado así que darle un buen abrazo a la oscuridad del alma y gritar el eterno sí.

Mi madre me metió el gusanillo de esta serie allá por el año 93. Me convertí en un fiel seguidor. Afortunadamente hoy tenemos Internet y la posibilidad de comprar o grabarla entera en DVD, Blue-ray, en el disco duro. Aún no he superado el trauma (también conocido como pony en el mundo del guión) por el maltrato al que, por entonces, TVE sometió a Doctor en Alaska. La pasaban a la una, a las dos o las tres de la madrugada... Cuando querían y sin orden episódico ni criterio alguno. Un desastre.

Cada capítulo es una lección, una película en sí, una obra de arte. Los sueños siempre tienen un papel esencial. Nada es gratuito. Cada palabra, proceso o trama que sigue un personaje tiene un porqué, un sentido. Se profundiza en éste como no se hace en ninguna otra serie. Esa es la diferencia.

Recuerdo el episodio en que Bernard llega a Cicely tras recorrer –guiado por un sueño- miles de kilómetros en moto. Enseguida conecta con Chris, quien se encuentra metido y obsesionado con una escultura a base de chatarra... No la puede dejar, pero no sabe cómo terminarla. Al final, la obra tiene sentido y cobra forma con la ayuda de Bernard. Y tras compartir varios sueños extraordinariamente absurdos, descubren que son hermanos. Al parecer el padre de ambos era un poco golfo y no lo sabían; era vendedor itinerante... lo que le permitió tener una doble vida y dos familias. La aurora boreal posa de fondo, delante de las estrellas e ilumina la escultura que han forjado Chris y Bernard Stevens. La trama es muy bonita, pero lo realmente importante es el brutal trabajo de guión que se refleja en el proceso hasta el último plano del capítulo. Y así cada episodio...

Le doy las GRACIAS a mi madre y os recomiendo un paseo por Cicely (Lugar de reconciliación de dicotomías y de meditación sobre uno mismo) y un baño en sus contenidos. Si queréis bajaros las seis temporadas enteras, en este enlace las tenéis. ¡Que lo disfrutéis!

Y si queréis daros un paseo por el Rosly Café, lo podéis hacer en: www.roslyncafe.com.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
En estos días de periodismo agrio, sarcástico, de evidencias para la camarilla, sorprende este blog de entusiasmos sinceros, expresados de forma humilde, benevolente. También sorprende el agradecimiento al origen, a la madre. Nacemos con escaso bagaje. Qué menos que reconocer a quien nos ha enseñado, y también a ese lado oscuro que forman nuestros errores, fuente inagotable de conocimientos.
tp
Anónimo ha dicho que…
Creo, Anónimo, que Nietzsche no se refiere a los errores como constituyentes del lado oscuro del alma sino a los impulsos más primitivos,esos que la razón intenta acallar con denuedo y sin-razón. Si tienes ocasión de ver el capítulo que Daniel Seseña cita "Jules y Joel" puede que opines como yo.
Anónimo ha dicho que…
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Anónimo ha dicho que…
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Always yours,
miss MW

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