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LEÓN, ESE EXTRAÑO VIAJE

Impresionante León. Entrañable Ponferrada. Espectacular Astorga. ¡Bendito botillo! ¡Santo hojaldre! ¡Virgen de las mantecadas! Vino del Bierzo, por el amor de Dios! (sms original enviado desde allí).

Con la Semana Santa pisándonos los talones, mi chica y yo decidimos hacernos una escapadita a León. ¡Qué sabia decisión! Salimos el pasado viernes por la mañana y llegamos pronto. El sol, que no el frío nos acompañó durante todo el periplo. Soltados los macutilllos en la posada en la que nos alojamos, decidimos darnos un primer garbeillo por el Barrio Húmedo. Admirada la grandiosa Catedral, el estómago nos pedía combustible. Y claro estando en la tierra que pisábamos nos las prometíamos felices.

La taberna Pitanza

Nos metimos en una pequeña taberna cercana a la Plaza de San Martín. Se llama Pitanza, su escaparate está compuesto (como podéis ver en la foto) por una magistral variedad de vinos de la región. Al menos en apariencia. En su planta baja un comedor-bodega para comer y degustar. No tardamos mucho en constatar la calidad prometida. Pedimos que nos recomendaran unos tintos. Tres propuestas nos dejaron en el sitio. Uno era Viñacerzán Roble (Tierras de León), otro sin Denominación de Origen (Bierzo) elaborado con uva mencía y el tercero Cepas Viejas, también del Bierzo. Y cómo no, tapitas: unas tostas con cecina y queso de cabra muy curado... Rematamos la travesía y recalamos, ya con intenciones de sentarnos a comer, en la Bodega Regia. El 'guión': unas sopas de ajo como entrantes, morcilla de León y tinto Peique (impresionante). De postre: flan casero. Sin palabras para cada uno de los platos.

La tarde del viernes

Decidimos aprovechar la tarde para patearnos la ciudad. Las visitas imprescindibles, recorrida la Catedral: la basílica de San Isidoro (cuna del Románico con "acabados" góticos y renacentistas), San Marcos (la iglesia se terminó en 1531) y las calles en sí mismas del Barrio Húmedo. No podíamos dejar de acercarnos, entrar y bucear por el Musac. Entramos y aprendimos a bailar con Blanca Li. Una exposición divertida, original y currada. Es vídeo arte, talleres, escultura, cachondeo y mucho baile... danza aplicada a los movimientos de la vida cotidiana. Recomiendo detenerse ante los vídeos baile de flamenco casi al final del recorrido. Estremece... tanto como aquellos Radicales libres.

Un café

De vuelta al centro decidimos pararnos a tomar un café... Era cuestión de dar con el lugar adecuado. No tardamos en hacerlo. Con cierto aire al malasañero Marx Madera nos metimos en el Café École. Muy agradable, con exposición de pintura abstracta y todo. No me quedé con el nombre del autor, lo siento. Como veíamos que el viernes nos estaba cundiendo mucho, decidimos ir a Turismo a pedir un mapa y decidir el destino/os del sábado. Muy amables nos informaron con detalle. La decisión la tomaríamos después de la cena.

Para cenar

...Decidimos, cómo no, insistir en el tapeo. Otra opción era absurda. La cena "de sentado" mejor para otro lugar, para otro momento. Así que repetimos y volvimos al Pitanza. Mismo sitio, pero diferente estampa en sus exteriores. La iluminación hace del centro leonés un grato sueño. La desembocadura desde la Avenida de los Cubos a la Plaza Regla, donde se levanta la Catedral, es sublime, de película. Pasas de una luz tenue, construida a base de reflejos farolescos que tropiezan con los adoquines callejeros, a la potencia anaranjada que envuelve al "palacio" gótico. Atónitos y embobados repetimos con los vinos del medio día y redundamos en cuestión de cecinas y quesos. No sé si existe la felicidad, pero por lo que yo me imagino, mi estado en aquel instante se acercaba mucho al concepto que me viene de serie.

Un toque surrealista


...Llegó cuando nos colamos por casualidad en la inauguración de una muestra colectiva sobre Jazz en la galería Sharon (hasta el 30 de marzo en Cervantes, 10). Los artistas: Favila, Luis Azón, Cuervo de la Rosa, Pau Morales y Lionel Borrás. Nos invitaron a pasar, nos ofrecieron canapés y unas limonadas (sangría). No dijimos que no, claro. La colección era interesante. Trazos clásicos y modernos, otros grafiteros, dibujan el mapa del jazz que parte del sur hasta llegar al norte de los USA. Cuando ya nos íbamos, nos invitaron a escuchar a un saxofonista que en breve haría acto de presencia... Ahí os paso en vídeo, un fragmento.



Empezó bien
, pero yo creo (perdón por mi interpretación seguramente errónea) que el músico se ofendió en una pausa al no recibir aplausos. Entonces decidió castigarnos sutilmente durante los siguientes 10 minutos. No es que yo tenga un oído extraordinario, pero creo que sé distinguir cuando alguien desafina... y a mí me da que éste patinó. Pero a propósito. Me ahorro las ideas que se me pasaron por la cabeza sobre qué hacer con el instrumento. En cuanto a la exposición, de verdad, muy buena. Sobre todo, por la iniciativa y ejecución de la galería al recopilar un trabajo colectivo que da un grandísimo mural sobre Jazz como resultado. Y para rematar la noche, pusimos la guinda con forma de poleo menta en un café estupendo, con un nombre muy atractivo para los locos de Hergé: el Capitán Haddock (calle Ancha, 4).

SÁBADO

Con la mezcla de placer y paliza del día anterior el sueño fue auténtico y profundo. La decisión se centró en movernos hasta el Bierzo. Primero llegaríamos a Ponferrada y después, antes de volver a León, pasaríamos por Astorga. Acertamos de pleno.

Mágina Ponferrada

Lo mejor de los días previos a la Semana Santa, es que puedes conocer una zona sin agobios, sin aglomeraciones espantosas. Había oído hablar de Ponferrada, pero nada, con mirar con los propios ojos. La entrada por la calle del Reloj imnotiza... Será el efecto que provoca pasar por debajo del mismo reloj. Llegamos a la Plaza Mayor, sin apenas gente. A saber: tres octogenarias y sus respectivos, dos perros (raza "clásicos perdigones ibéricos"), un indigente con la casa a sus espaldas, la soledad del Ayuntamiento y presidiendo el centro la estatua del legendario Pepe "el barquillero". Entramos en el increíble castillo de los Templarios (siglo XI - XV. Declarado Monumento Nacional Histórico Artístico en 1924). Además de admirar sus interiores, también se puede uno recrear con una panorámina única del pueblo-ciudad.


De nuevo el apetito reclamaba atención... Con la intención de llevarnos productos de la tierra para Madrid nos fuimos a Frimols, la charcutería preferida por la gente de la zona. Antes de comer, cuyo destino ya habíamos elegido al pasar por el Castillo..., decidimos entrar en un sitio especializado en vinos: El marquesado, venta y exposición. Encantados y contentos nos fuimos a comer a una maravilla de posada -antigua cuadra-, de esas en las que uno fantasea comer cuando se está zampando un bocata con prisa, y salchichón, antes de volver al trabajo. Su nombre: Las Cuadras. En un ambiente silencioso y entrañable, entre mi chica y yo nos dimos un homenaje a base de Botillo. ¡Extraordinario Botillo!


Para bajar el oro gastronómico ingerido, nos dimos un paseo por la zona más urbana de Ponferrada. Un ciclo de cine en Filmoteca sobre Marilyn Monroe nos llamó la atención, también El guía del Hermitage (protagonizado por Federico Lupi) en el Teatro municipal y finalmente... un aguilucho pegado en la entrada de un colegio municipal. En fin.

Astorga esa gran capital

Un señor nos paró por la calle
y nos recomendó que visitáramos la catedral, las casas romanas y el palacio de Gaudí. Así, espontáneamente... El altruismo propio de un tipo encantado y orgullosos de su tierra. Fue un placer conocerle y dejarnos guiar por él. Seguimos a rajatabla sus indicaciones. Admiramos la belleza de un catedral colosal, nos recorrimos los extraordinarios cuatro pisos del Palacio-Museo y admiramos las casas romanas, como nos dijo. Poco más puedo decir, que no se encuentra en las miles de referencias que hay sobre estas maravillas de la Historia. Seguimos paseando y nos encontramos con el ensayo de una cofradía... Ahí, en el vídeo podéis ver una parte del recorrido.


Antes de irnos no quisimos quedarnos sin trofeo gastronómico propio del lugar. Entramos en el establecimiento de Álvarez Benedi chocolates y mantecadas (c/Doctor Mérida, 26 - 987 615 728). Formidable. El dueño nos enseñó los quesos, los dulces, los chocolates... Aseguró que envía a domicilio y que el secreto de su éxito es el amor que profesa a sus productos. No mentía, la disposición de los mismos, el mimo que los dedicaba y el cariño con que hablaba de ellos era la prueba. Ahora, recién degustados los quesos y las mantecadas ya en Madrid, me reafirmo. ¡Es un maestro!

Antes de volver...


Recordé un viaje que hice con mis amigos a Crémenes, dirección Santander. Fue el verano de 1998. Nos dejaron un viejo molino para pasar unos días... Fueron cuatro días expléndidos, de esos que cada vez que nos reunimos recordamos las anécdotas que sucedieron. Eso merece una entrada propia. Recuerdo que creímos vivir hasta fenómenos paranormales. Y eso que no había ni una gota de ácido lisérgico en nuestras venas. El marco nocturno en aquella vieja casa-molino con el Rio Esla pasando por debajo era suficiente para limentar la imaginación. El silencio era sepulcral y eso que pasaba la carretera comarcal a pocos metros. Fue un viaje inolvidable.

Diez años después vuelvo, pero no pude evitar sentir pena. La frondosidad propia de un pueblo en plena montaña había desaparecido. Al parecer, un colosal incendio desatado dos años atrás se había cepillado cada pino desde Cistierna hasta Crémenes, más o menos. Me quedo con lo positivo y con una localidad cuyo encanto sobrevive al fuego más intencionado. Finalmente, antes de volver a Madrid, regresamos a León para cargar las últimas energías en la taberna Llar.

Tres días especiales, 72 doras mágicas y un fin de semana que recomiendo a todo aquel que sepa disfrutar con el mínimo detalle que nos ofrece la vida. En este caso, con los matices infinitos de León. El sabor con el que uno vuelve a su lugar queda para siempre.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Buen reportaje.
Me asombra la revolución que estamos presenciando no sé si conscientemente. Que puedas hacer tu crónica de forma inmediata. Que la pueda leer el mundo. Que incluyas fotos de lo que has visto y los sonidos de tu viaje. Asombro total. Y como creo que, al contrario de lo que se dice, el órgano hace a la función, todos estos inventos ya están generando un universo de inventos que nos van a asombrar aún más.
Tapón
(voy a abrir un blog para enseñar mis viajes porque nadie quiere ver las fotos cuando vienen a casa...)

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