Ir al contenido principal

¡MIÉNTEME PINOCHO, MIÉNTEME!

...Así es el final de aquel chiste, que no voy a reproducir. Simplemente acordaos de aquella secuencia de Átame, cuando Victoria Abril se daba un baño y se le acercaba un pequeño autómata por el fondo de la bañera. Ahora cambiad al muñequito por Pinocho. Que a qué viene, francamente, no lo sé. Pero es lo único que se me ocurre tras el DEBATE.

La verdad, me reí mucho. A mi juicio Zapatero se hizo mayor en un sentido. Incorporó el lenguaje mediático y se comió a Rajoy. Éste, ansioso por cepillarse a su rival, no paraba de hablar a gran velocidad, le temblaba la pierna (lo que se reflejó y mucho en el primer bloque, pero sobre todo en la solapa del traje) compulsivamente.

Por cierto, para analizar los detalles en vídeo / trascripciones, podéis deleitaros con la web especial que ha puesto en marcha RTVE.

Los temas de fondo prefiero dejarlos en manos de los grandes medios y sus interpretaciones. Pero una cuestión está clara, independientemente de la dirección del voto de cada uno. Y es que ni España se rompe ni se ha desgastado lo suficiente con el gobierno de ZP, ni el PP ha forjado una personalidad que le permita erigirse como alternativa.

Yo también espero, como dijo Olga Viza, que no pasen otros 15 años hasta un careo como los vividos estas dos semanas. ¿Por qué? Porque son un espectáculo divertido, peculiar y que supera, para mí, al mejor Barça – Atleti, como el del pasado sábado; que por cierto me perdí consciente y asumiendo previamente la derrota colchonera. Es lo que tiene ser atlético: sufrimos y en ocasiones nos anticipamos a los desastres naturales que no lo son.

Pero es eso, un espectáculo, un circo sin fondo... una prolongación aguerrida de la campaña. Y asumiendo esta realidad, con cinismo y no menos alevosía, uno consigue pasar un rato entretenido con el histrionismo aplicado de los políticos. Y tanto es así que disfrutamos, o aprendemos a disfrutar, de las mentiras que queremos oír, que no escuchar. ¡Dale Pinocho, Dale!
*La imagen pertenece a la portada de www.soitu.es.

Comentarios

David E. Guzmán ha dicho que…
Invitarte a http://agenciapinocho.blogspot.com

MICROFICCIÓN PERIODÍSTICA.

Entradas populares de este blog

El verbo y el tren coloquial

Estación de Atocha, Madrid. Enero 2016 Esperaba subirse a un verbo que le llevara lejos. Lejos del último adjetivo que le arrastró hasta el reverso del suelo que pisaba. La mente en blanco y un mapa por recomponer, una geografía por reubicar. La frase de su amiga fue letal. Cada letra iba cargada con verdades que ni él mismo había valorado. Las comas, las pausas, los silencios y lo malditos puntos suspensivos quemaban. Así esperaba ese vehículo redentor. Inquieto, teneroso, tembloroso, entusiasta del desaliento, sabedor de sus miserias, conocedor accidental de las verdades que le dan cuerpo a la mente... ...Y en su maleta tan sólo llevaba un verso contagioso que no escribió. Un texto que recibió por azar de un sueño a través de un diálogo que no sabe cómo empezó pero sí adónde le llevaba.  El murmullo del vagón susurraba desde el fondo del plano. Podía oler el reflejo de su escapada. Imaginaba una huída para empezar, no de cero, pero sí desde un quiebro de sí mismo. Enrai

Las palabras se las lleva Twitter

Apenas estaba digiriendo una información -con alta carga de valor- cuando un tuit la bajó de golpe muro abajo. Intenté seguirla, pero no paraba de caer al foso; y durante el imparable descenso iba olvidando el cuerpo de la noticia que me había llamado la atención. Finalmente renuncié y volví a lo más alto del muro de nuevo, con la esperanza de leer algo interesante, entonces un hilo que sostenía al texto en extinción entró en escena. Intenté seguirlo pero poco duró su vigencia. Una vez más la gravedad de las redes sociales impuso su fuerza.  El volumen de la ansiedad de la masa social por publicar, por ser viral, por conseguir apoyo de followers, ¡por ser!, por estar, por pintar, pesa y ocupa tanto que la palabra apenas puede sostenerse. De hecho acabo de perder el hilo que me trajo hasta este texto. ¿Habré incorporado la misma gravedad y procesado de ideas? Es posible, porque ya se me está haciendo largo y empiezo a sentir ansiedad por publicarlo y que funcione por sí solo. Pesa

Idas y venidas por una mala salida

 Viéndolas venir me dieron en toda la cara. Una a una, las idas y venidas de años anteriores (y una del que entra) fueron golpeándome repetidamente hasta que pronuncié la palabra requerida: "Perdón". Las idas reclamaban un sitio concreto al que llegar; las venidas, más dimensiones. La correspondiente a 2021 era ida y estaba algo más perdida. Lo más difícil para mí fue darme cuenta de que tenía la responsabilidad de ubicarlas. Lo supe por una mala salida de otra persona hacia mí. Ésta, la mala salida, me advirtió -poco antes de abofetearme por izquierda y derecha con la mano abierta- de que debía organizarlas. ¿Cómo? pregunté. Viéndolas venir, exclamó. Así que tras pedir disculpas y tomar la firme decisión de implicarme en la búsqueda de lugares y dimensiones, todo empieza. A ver...