En la plaza de Horwëll ocurren dos cosas: Por un lado, se ha convertido en punto de encuentro entre intelectuales e ignorantes de pro; donde charlan y establecen en consenso una línea a seguir para no perder el hilo. Y por otro, Horwëll acoge el mercadillo de venta de objetos que nunca son lo que parecen. El resto de los días, la plaza es otra cosa; incluso deja de ser una plaza para convertirse en un simple cruce de calles cableadas.
Tres calles más abajo se encuentra el chaflan Confundido. Aquí sólo sucede una cosa: Los ciudadanos de bien se reúnen para no estar a malas. El encuentro apenas dura unos minutos; pero les vale. Y el resto de la gente son todos ellos y los demás. Y todos viven en Ugaszambrona, una ciudad que encontré descrita en una servilleta de papel ayer en una cafetería. Concretamente en el suelo, junto a los huesos de aceituna y alguna que otra cabeza de langostino o gamba.
¡Bienvenidos!
Tres calles más abajo se encuentra el chaflan Confundido. Aquí sólo sucede una cosa: Los ciudadanos de bien se reúnen para no estar a malas. El encuentro apenas dura unos minutos; pero les vale. Y el resto de la gente son todos ellos y los demás. Y todos viven en Ugaszambrona, una ciudad que encontré descrita en una servilleta de papel ayer en una cafetería. Concretamente en el suelo, junto a los huesos de aceituna y alguna que otra cabeza de langostino o gamba.
¡Bienvenidos!
Comentarios
qué bueno ese chaflán confundido!.
habría que investigar si los intelectuales y los ignorantes de pro están bien definidos o se confunden fácilmente, o incluso si alguno de los asistentes comparte ambas categorías.
(Opinión peregrina de alguien sin ni idea)
Y los cruces de calles cableadas parece el Madrid de los años 60, con sus tranvias y sus railes ....
Creo que me he perdido en mis recuerdos, o en mi imaginación ....