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SIN RASTRO, SINNÁ

Tenía la alegría de un paraguas marroquí y la destreza de un caracol inverso. Se frotaba las ideas en el baño con piedra pómez antes de salir de casa. Pero el tío seguía empeñado en demostrar al pueblo entero que podía con todo. Es la leyenda de Blas de Rastro y el mito de Ciudad Sinná. Una de esos cuentos chinos nacidos en alguna mente manchega.

Aquella mañana con matices de tarde salió de casa para dejar de atribuir a todos lo que sólo podía comerse el solo. Habló con unos y otros, charló con estas y aquellos, demoró lo dicho a ellos y esos, contrajo lo negado ante ella y refutó lo que vino después. Y al final del día, con el ocaso teñido de amanecer y sin incoherencias en el frente, corrió convencido a mirarse en el reflejo del pantano Callado.

...Convencido de haber persuadido al Pueblo y con empacho de Ego se asomó a la parte más profunda, la que dicen mejor reflecta la verdad. Y no, no cayó y se ahogó como Narciso; pero sí se lo tragó un Siluro que fondeaba por ahí, a ver qué pillaba y se encontró con Blas del que no dejó ni Rastro. Es la leyenda de un pueblo convencido de lo contrario.

*La ilustración: La Toma de Teruel

Comentarios

isa ha dicho que…
A mi desde luego que me convence lo contrario: esa mañana con matices de tarde y ese ocaso teñido de amanecer.

Preciosa leyenda manchega.
Juana ha dicho que…
Parece que "Sin Rastro" lo vió todo y luego se lo contó a todos .... si es que es lo que tiene este mundo, lo que no se sabe se invwenta.

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