Ir al contenido principal

UNA VIDA

Nunca fue fácil. Tenían los elementos en contra, empezando por los suyos propios. Disponían de nada para tener algo entre los dos. Poseían una cosecha de prejuicios y una inexperiencia en sentimientos auténticos abrumadoras. Querían pero no podían, podían pero no terminaban de querer hasta que quisieron y eso fue desde el segundo momento; nunca desde el primero, el cual realmente no exisitió.

NOTA: Me pongo romanticón para advertir que para seguir leyendo este post, recomiendo enchufarse a este link e ir escuchando el tema que suena.

Giro y Silvina vivían juntos aunque tuvieran sus propios terrenos separados. Duró un mes, pero fue intensa la unión a toda distancia. Y a toda velocidad, con no menos intensidad estrecharon su amor con trabas y obstáculos porque sabían -sin tener ni idea- que el tiempo no soplaba, precisamente, a su favor. Es de lo más auténtico que conozco a mi alrededor. La sinceridad de una relación como la de Giro y Silvina. La apuesta por algo que no se ve, pero que se entiende.

Ahora me cuentan que están embarazados de tantos meses que han salido de cuentas. De hecho, han tenido una hija de nombre Bica que sabe cómo hacerles reír, llorar y saborear la esencia de ser padres. Y eso que no tenían muy claro si aún quedaba algo de hijos en ellos. Pero no. Lo único que queda es lo que han depositado en la habitación de Bica. Matices de infancia, felices encofrados de rabias inteligentemente contenidas para ser transformadas en jugo de evolución. Así son y hoy navegan juntos y además, en paralelo.

Comentarios

isa ha dicho que…
Es difícil escribir una vida en formato post, y también ser capaz de contar un amor escribiendo esa palabra una sola vez.

Y creo que lo realmente difícil e incluso doloroso a veces, es llegar a sentir y tener claro lo que significa ese ’auténtico’ para uno mismo.

(Y mi frase de hoy, la que siempre se queda dando vueltas en mi cabeza es… "Querían pero no podían, podían pero no terminaban de querer hasta que quisieron". Muy grande).
Juana ha dicho que…
Navegan juntos sin rumbo pero certeros, con un pasajero más que sonríe con sabiduría ....
Stultifer ha dicho que…
Estábamos dando un paseo y descubrimos tu blog. Después de un minucioso estudio, STULTIFER te otorga el prestigioso galardón al MEJOR BLOG DEL DÍA correspondiente al lunes 29 de noviembre de 2010 en No sin mi cámara por los contenidos y matices. Visitanos y comenta con nosotros. Saludos cordiales desde Málaga.
Vamos, que nos ha gustado mucho y hemos querido acercarnos a ti.
Puedes colgar el Premio voluntariamente en tu blog.
Ya formas parte de la Orden del Stultifer de Oro.
Y si fotografías una escalera, mándala a edusiete@gmail.com y la publicamos inventándonos una historia.

Entradas populares de este blog

El verbo y el tren coloquial

Estación de Atocha, Madrid. Enero 2016 Esperaba subirse a un verbo que le llevara lejos. Lejos del último adjetivo que le arrastró hasta el reverso del suelo que pisaba. La mente en blanco y un mapa por recomponer, una geografía por reubicar. La frase de su amiga fue letal. Cada letra iba cargada con verdades que ni él mismo había valorado. Las comas, las pausas, los silencios y lo malditos puntos suspensivos quemaban. Así esperaba ese vehículo redentor. Inquieto, teneroso, tembloroso, entusiasta del desaliento, sabedor de sus miserias, conocedor accidental de las verdades que le dan cuerpo a la mente... ...Y en su maleta tan sólo llevaba un verso contagioso que no escribió. Un texto que recibió por azar de un sueño a través de un diálogo que no sabe cómo empezó pero sí adónde le llevaba.  El murmullo del vagón susurraba desde el fondo del plano. Podía oler el reflejo de su escapada. Imaginaba una huída para empezar, no de cero, pero sí desde un quiebro de sí mismo. Enrai

Las palabras se las lleva Twitter

Apenas estaba digiriendo una información -con alta carga de valor- cuando un tuit la bajó de golpe muro abajo. Intenté seguirla, pero no paraba de caer al foso; y durante el imparable descenso iba olvidando el cuerpo de la noticia que me había llamado la atención. Finalmente renuncié y volví a lo más alto del muro de nuevo, con la esperanza de leer algo interesante, entonces un hilo que sostenía al texto en extinción entró en escena. Intenté seguirlo pero poco duró su vigencia. Una vez más la gravedad de las redes sociales impuso su fuerza.  El volumen de la ansiedad de la masa social por publicar, por ser viral, por conseguir apoyo de followers, ¡por ser!, por estar, por pintar, pesa y ocupa tanto que la palabra apenas puede sostenerse. De hecho acabo de perder el hilo que me trajo hasta este texto. ¿Habré incorporado la misma gravedad y procesado de ideas? Es posible, porque ya se me está haciendo largo y empiezo a sentir ansiedad por publicarlo y que funcione por sí solo. Pesa

Idas y venidas por una mala salida

 Viéndolas venir me dieron en toda la cara. Una a una, las idas y venidas de años anteriores (y una del que entra) fueron golpeándome repetidamente hasta que pronuncié la palabra requerida: "Perdón". Las idas reclamaban un sitio concreto al que llegar; las venidas, más dimensiones. La correspondiente a 2021 era ida y estaba algo más perdida. Lo más difícil para mí fue darme cuenta de que tenía la responsabilidad de ubicarlas. Lo supe por una mala salida de otra persona hacia mí. Ésta, la mala salida, me advirtió -poco antes de abofetearme por izquierda y derecha con la mano abierta- de que debía organizarlas. ¿Cómo? pregunté. Viéndolas venir, exclamó. Así que tras pedir disculpas y tomar la firme decisión de implicarme en la búsqueda de lugares y dimensiones, todo empieza. A ver...