
En estos momentos lo único que hay es palabrerío en el aire que se difumina por donde antes lo hacía el humo del tabaco. Vacíos que pesan tanto como el espacio donde están; que puede variar entre nada, un kilo, dos... O lo que haga falta para matar el tiempo y la gravedad. Pero alguien quiere romper las normas. Ese alguien, se enciende un recuerdo, se lo fuma y empieza a echar humo por las paredes.
Después se pide un refresco, pero la memoria le abandona, ésta sale por la puerta y se fuma su intención junto a los otros que hablan sin decir nada en la puerta del bar de La Sole.
Comentarios
"Vacíos que pesan tanto como el espacio donde están; que puede variar entre nada, un kilo, dos".
Qué bueno, coño!! (por terminar de una forma poética :)).