
Nuestro tono era suave, vamos que no gritábamos en plan grotesco. Más bien susurrábamos. Pero algo debía de desprenderse de nuestra complicidad más allá de las palabras... Antes de entrar en el comedor, a un electricista que arreglaba (subido a una escalera) el cableado del techo, le llegó nuestro sentimiento y sin pensar nos dijo: ¡Las carga el diablo... A las mujeres las carga el diablo! Lo siento, pero no pudimos evitarlo. La carcajada superó el minuto. Y en mi caso, dio pie a inmortalizar la anécdota en este post.
Y hasta aquí puedo leer... Todavía riéndome, con todo mi cariño hacia las mujeres.
Comentarios
Vamos, que os hemos pillado!
Besos!
A las mujeres no solo nos carga el diablo, también "nos carga" dios, ceo que ese es el problema jajajaja
Vivo entre hombres, no somos tan distintos ....
"Tenía mujer, pero me plantó, aunque no puedas creerlo. Dijo que yo era infantil y que nunca maduraría. Y eso que yo tenía un buen argumento, podía haberla machacado!!...pero levanté la mano y no me dio la palabra".
Y tal vez las cargue el diablo, pero quién dispara, eh???.
Seguro que después de esta charla y una vez en casa, utilizaste parte de tus armas para seducir a tu mujer.
Genial el electricista.
Pero en mi caso, ya te adelanto (en síntesis) que ella 'se ha cargado al diablo'.
¡Salud!