...Siguiendo con las metáforas de los electrodomésticos, diré que a raíz de un intercambio de comentarios con la comentarista "GRP", la historia continúa.
Resulta que en algún paraíso fiscal, creo que Belice, una mente prodigiosa introducida en el cuerpo de un extraño habitante llamado John Fermont Tresdelicias, ha inventado un lavaplatos especial. Un aparato que además de lavar los platos rotos, blanquea también la ropa más sucia y aporta espontáneamente -sin necesidad de suavizante- un olor capaz de encubrir hasta el más delatable / deleznable hedor a corrupción.
John antes construía castillos en el aire, personalizados para millonarios. Sacó tanto dinero y tantas ideas observando las caras de sus clientes, que tuvo que ponerse a investigar... Primero desarrolló un programa para bobos que enseñaba a poner los pies en el cielo; su materia prima era la baba recopilada, que cedían encantados mientras observaban la construcción de castillos en suspensión. Después planteó un sudoku imposible, a la vez que patentaba un armario sin salida. El éxito, finalmente, le ha llevado a lavar su conciencia y a lanzar al mercado el friegaplatos blanquente, que deja una sonrisa imposible de entristecer.
Y en un pequeño pueblo de 99 habitantes, a miles de kilómetros, su alcalde pregunta cómo hace una pedanía para mutar en paraíso fiscal. Pero nadie contesta. Aunque parece... que alguien viene por la carrtera secundaria con un maletín lleno de necesidades.
Resulta que en algún paraíso fiscal, creo que Belice, una mente prodigiosa introducida en el cuerpo de un extraño habitante llamado John Fermont Tresdelicias, ha inventado un lavaplatos especial. Un aparato que además de lavar los platos rotos, blanquea también la ropa más sucia y aporta espontáneamente -sin necesidad de suavizante- un olor capaz de encubrir hasta el más delatable / deleznable hedor a corrupción.
John antes construía castillos en el aire, personalizados para millonarios. Sacó tanto dinero y tantas ideas observando las caras de sus clientes, que tuvo que ponerse a investigar... Primero desarrolló un programa para bobos que enseñaba a poner los pies en el cielo; su materia prima era la baba recopilada, que cedían encantados mientras observaban la construcción de castillos en suspensión. Después planteó un sudoku imposible, a la vez que patentaba un armario sin salida. El éxito, finalmente, le ha llevado a lavar su conciencia y a lanzar al mercado el friegaplatos blanquente, que deja una sonrisa imposible de entristecer.
Y en un pequeño pueblo de 99 habitantes, a miles de kilómetros, su alcalde pregunta cómo hace una pedanía para mutar en paraíso fiscal. Pero nadie contesta. Aunque parece... que alguien viene por la carrtera secundaria con un maletín lleno de necesidades.
Comentarios