Cuando decides que ha llegado el momento de poner en orden las miles de imágenes que has ido capturando a lo largo de los últimos meses, te reencuentras con estampas como ésta. Muchas direcciones, tantas como sentidos, siempre un límite necesario y un mar de fondo. Así se presentan los días ¿Que no? (Como exclamaría “el Charli”).
Es curioso como los árboles se quedan sin hojas y los percheros se llenan de abrigos. Dice Chesterton que “A algunos hombres los disfraces no los disfrazan, sino los revelan. Cada uno se disfraza de aquello que es por dentro”; Borges que “La duda es uno de los nombres de la inteligencia”; o “Lo que no te mata, te hace más fuerte”, según Nietzsche. Aforismos al margen, estos días tan cortos no dejan de tener su encanto.
Aunque cuesta más levantar la cabeza, siempre hay un momento en el día en que encuentras argumentos de sobra para soltar una sonrisilla e incluso descojonarte de ti mismo. ¿Que no?
No es el típico conjunto de señales incoherentes, ni contradictorias, pero juntas forman un todo… que no sé para vosotros, pero para mí, tiene gracia. La foto está tomada en algún lugar del sur de España. Y sí, es una de esas imágenes del verano que, como la de hace dos días, resurgen en estos días de frío y Champions.
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