
Hans se quejaba de su sueldo y Kandinsky, que entonces ejercía de abogado, le invitó a no protestar tanto de boquilla y sí a pelear por sus derechos laborales. Ángel, que no se había perdido ni un detalle de la conversación, intervino de pronto: Yo tenía un negocio de alcachofas en España; pero los que querían hundirme se empeñaban en exportar por encima de todo… y también me exportaron a mí. Ahora estoy aquí. Hablaron toda la tarde y parte de la noche…
La teoría de consistía en que a Casimiro se le produjo el cortocircuito cerebral cuando descubrió que su padre influyó determinantemente en Kandinsky. Es largo de contar, pero parece que la visión de Ángel sobre el cultivo de alcachofa Morada

Casimiro le contó un día a su hijo Marcelo –durante los inicios de su demencia- que el pintor le enviaba los bocetos “al abuelo” para que le corrigiera algunos trazos en función de la lógica de la verdura de Tudela. Me tuve que ir. Hemos quedado la semana que viene para que me siga contando. Me ha prometido traerme una de las muchas cartas que Kandinsky compartió con el abuelo Ángel. Todas, al parecer, firmadas con dibujo abstracto que termina en alcachofa. Estoy ansioso por leerla.
Comentarios
Pobre Marcelo. No sólo ha de lidiar con la muerte de su padre sino con LODESUPADRE.
Dani, si puedes, danos a conocer alguna carta de
Ángel.