Lo reconozco: soy un adicto, perdón, un yonki –mejor dicho- de Herederos… Sólo me falta enchufarme por vena la serie. Vi el primer capítulo porque sabía que si Pablo Tébar (guionista y coautor) estaba detrás, no podía defraudar. Y en efecto, no defraudó. A mí al menos; aunque no pasó la prueba de El Descodificador (entonces publicado en El Mundo). Aún así, no me enganché en el primero ni en el segundo capítulo… Fue a lo largo de la primera temporada. Un día me vi atrapado sin saber muy bien por qué.
La serie tiene todo lo que tiene que tener para consolidarse y triunfar. Personajes nada maniqueos, llenos de matices, con sus maldades y sus virtudes; tramas complejas que funcionan como una maraña en la que se ve implicado hasta el último figurante; giros inteligentes y unos actores que –en su mayoría- crecen y mejoran como el mejor vino. Y no es poco en estos tiempos en los que las series duran menos que un entrenador en los primeros años de Gil y Gil en el Atleti.
Una familia millonaria, inicialmente vinculada al mundo taurino; drogas, malos rollos, secuestros, suicidios, puñaladas, sexo y algunos personajes nómadas (Carmen Elías) capaces de comer la moral (dicho suavemente) hasta la mismísima e invulnerable Carmen Orozco (Concha Velasco); una familia millonaria… Finalmente desvinculada de los toros y del originario mundo rural. Insisto, lo tiene todo.
Sólo puedo decir que el capítulo del martes, se salieron. Seguramente no fue el mejor, pero sí un gran y evolucionado eslabón dentro de esta cadena que debería –desde ya- cambiar de título para convertirse en: PUÑETEROS. Fue el paradigma de “siempre las cosas pueden ir a peor”; un escaparate de sufridores por verdugos, verdugos que antes fueron mártires; un estanque negro de venganzas imposibles y traumas que rebrotan gracias a una tragedia presente: el –supuesto- suicidio de Vero (Lidia Navarro). Vamos, un arsenal de miserias en clave de suspense y acción que no deja un segundo de respiro. Vamos, que soy un PUÑETERO adicto.
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PD.: Quien quiera engancharse o reengancharse, puede hacerlo pinchando aquí.
PD2.: Y para quien quiera una sobredosis de las buenas... que pinche aquí y se adentre en La verdadera historia de Carmen Orozco (Roberto Villar).
La serie tiene todo lo que tiene que tener para consolidarse y triunfar. Personajes nada maniqueos, llenos de matices, con sus maldades y sus virtudes; tramas complejas que funcionan como una maraña en la que se ve implicado hasta el último figurante; giros inteligentes y unos actores que –en su mayoría- crecen y mejoran como el mejor vino. Y no es poco en estos tiempos en los que las series duran menos que un entrenador en los primeros años de Gil y Gil en el Atleti.
Una familia millonaria, inicialmente vinculada al mundo taurino; drogas, malos rollos, secuestros, suicidios, puñaladas, sexo y algunos personajes nómadas (Carmen Elías) capaces de comer la moral (dicho suavemente) hasta la mismísima e invulnerable Carmen Orozco (Concha Velasco); una familia millonaria… Finalmente desvinculada de los toros y del originario mundo rural. Insisto, lo tiene todo.
Sólo puedo decir que el capítulo del martes, se salieron. Seguramente no fue el mejor, pero sí un gran y evolucionado eslabón dentro de esta cadena que debería –desde ya- cambiar de título para convertirse en: PUÑETEROS. Fue el paradigma de “siempre las cosas pueden ir a peor”; un escaparate de sufridores por verdugos, verdugos que antes fueron mártires; un estanque negro de venganzas imposibles y traumas que rebrotan gracias a una tragedia presente: el –supuesto- suicidio de Vero (Lidia Navarro). Vamos, un arsenal de miserias en clave de suspense y acción que no deja un segundo de respiro. Vamos, que soy un PUÑETERO adicto.
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PD.: Quien quiera engancharse o reengancharse, puede hacerlo pinchando aquí.
PD2.: Y para quien quiera una sobredosis de las buenas... que pinche aquí y se adentre en La verdadera historia de Carmen Orozco (Roberto Villar).
Comentarios
A mi hay sólo una cosa que me falla en esta nueva entrega, y es que llevábamos demasiados capítulos con Julia con cara de acelga. A mi modo de entender, esa trama ha rozado la prolongación innecesaria de un mal (pero de magnífico share) culebrón. La muerte de Vero, la celebro por la misma razón. No puedo soportar tanto tiempo tanta "mustiez" en el rostro. Espero que Lidia Navarro triunfe como Doña Inés, que por eso la han matado. Respecto a todo lo demás, me parece de las mejores series que se han hecho, y dejar abierta la trama con lo de la foto de la niña me parece genial, aunque todos sepamos ya quién es esa niña.
Sin embargo, dejo que mis amigos me hablen de Herederos...jejeje ;)
Como me fío de Daniel Seseña y de Zapateta veré un capítulo. Presumo de averiguar con 1/2 minuto de imagenes si una peli me va a gustar; aunque sea buena. Los viejunos somos muy nuestros. Razonaré mi opinión para quien tenga interés en saberla.