Ir al contenido principal

AQUÍ, JAPONEANDO AL NATURAL

Ando estos días viajando más de lo normal. El motivo mi próxima pieza para Cámara Abierta 2.0. Se trata de uno de los finalistas de los Bob’s –los Oscars de Internet-: David Esteban y su blog (fotolog y videoblog) “Un español en Japón”. No sé si algún día volaré hasta allí, pero el diario de este viajero me acerca, con todo lujo de detalles, hasta sus calles. Se lo curra con ganas.

Mientras pasea por Kyoto (“Una ciudad mágica en la que disfruto cada paso que doy…”) comparte con los usuarios sus impresiones y las imágenes que va captando. Te cuenta, entre otras cosas, la última hora de los supermercados japoneses y te hace curiosas comparativas de sushi. Pero también pega grandes saltos orientales y aterriza, por ejemplo, en Bangkok.

Conocí a David durante el aniversario del Twittmad… y es que es el abanderado del Twittour. Me lo presentó Pedro Jareño, otro viajero que no baja de su nube, ni deja tierras extranjeras (que no títeres) con cabeza. Allí mismo le avasallé y freí a preguntas, cuyas respuestas no voy a desvelar; lo podréis ver en el programa el próximo martes 18 de noviembre. Pero sí puedo decir que fue un placer charlar con él y comprobar lo creativos / emprendedores que son algunos. Si aún no lo conocéis, podéis hacerlo “japoneando”…

Y ando viajando además gracias otra pieza que empecé ayer. Aún no sé cuándo la emitiremos –será pronto-. Hablo de Fotonatura.org. Ayer entrevisté a su fundador, Fernando Ortega. El realizador de TVE Ángel Navarro me recomendó que me enredara por su web… Una web llena de historias con formas fotográficas. Miles de usuarios y cientos de comunidades y subcomunidades unidas y creadas por y para capturar imágenes de naturaleza. Entrevistar a Fernando es entender y comprobar que una imagen encierra miles de palabras. Seguiremos informando.
-----

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Vaya par de cracks. Dani haciendo de las suyas con la cámara y David (flapy) derrochando carisma. Su blog es una obra de arte y, lo mejor, es que es un verdadero fenómeno de tío.
Como para perdérselo.
Un abrazo!

Entradas populares de este blog

El verbo y el tren coloquial

Estación de Atocha, Madrid. Enero 2016 Esperaba subirse a un verbo que le llevara lejos. Lejos del último adjetivo que le arrastró hasta el reverso del suelo que pisaba. La mente en blanco y un mapa por recomponer, una geografía por reubicar. La frase de su amiga fue letal. Cada letra iba cargada con verdades que ni él mismo había valorado. Las comas, las pausas, los silencios y lo malditos puntos suspensivos quemaban. Así esperaba ese vehículo redentor. Inquieto, teneroso, tembloroso, entusiasta del desaliento, sabedor de sus miserias, conocedor accidental de las verdades que le dan cuerpo a la mente... ...Y en su maleta tan sólo llevaba un verso contagioso que no escribió. Un texto que recibió por azar de un sueño a través de un diálogo que no sabe cómo empezó pero sí adónde le llevaba.  El murmullo del vagón susurraba desde el fondo del plano. Podía oler el reflejo de su escapada. Imaginaba una huída para empezar, no de cero, pero sí desde un quiebro de sí mismo. Enrai

Idas y venidas por una mala salida

 Viéndolas venir me dieron en toda la cara. Una a una, las idas y venidas de años anteriores (y una del que entra) fueron golpeándome repetidamente hasta que pronuncié la palabra requerida: "Perdón". Las idas reclamaban un sitio concreto al que llegar; las venidas, más dimensiones. La correspondiente a 2021 era ida y estaba algo más perdida. Lo más difícil para mí fue darme cuenta de que tenía la responsabilidad de ubicarlas. Lo supe por una mala salida de otra persona hacia mí. Ésta, la mala salida, me advirtió -poco antes de abofetearme por izquierda y derecha con la mano abierta- de que debía organizarlas. ¿Cómo? pregunté. Viéndolas venir, exclamó. Así que tras pedir disculpas y tomar la firme decisión de implicarme en la búsqueda de lugares y dimensiones, todo empieza. A ver...

En tela de juicio bajo tierra

Me echan monedas... ¡hasta billetes de 10 y 50€! Voy arreglado, sólo estoy algo mareado y sentado en el suelo del metro por no poder sostenerme en pie. Soy abogado , pero no puedo pararles y decirles que no necesito su dinero. No me sale la voz. Estoy preso  en este pasillo... Bloqueado, encerrado y cubierto por aquella tela de juicio que usaba mi padre para tejer el amor hacia mi madre, la gran fiscal en estado permanente (somos 15 hermanos). La superficie de mi maletín tumbado se ha deprimido por la gravedad del dinero... Y no para de hundirse. Yo, mientras tanto, sigo sin saber qué razón inmaterial me impide levantar la cabeza y erguirme como Dios siempre me indicó. Empiezo a detestar el sonido del dinero, la caridad... No puedo defenderme de este ataque absurdo. No sé si me miran mientras tiran su circulante. ¡Nos sabéis lo que llevo en el maletín, desgraciados, no lo sabéis! ¡Con estos papeles sabríais lo fácil que me resultaría hundir vuestros culos en la miseria. Por fin co