Además del recuerdo de un gran día del pasado verano… En la foto nos encontramos un tubo, más conocido como salida de humos, junto a un vaso de cerveza. De fondo, un cielo despejado y las paredes blancas de los cortijos. Perdón, perdón, perdón… Es que con la ola de frío que ha entrado por el norte, uno no puede evitar pirarse al calorcito del largo, cálido y santo verano… para salvaguardarse del “próspero” año nuevo.
Reconozco que pasear con mi perra por la calle, llena aún de hojas (algunas, incluso caídas de un solitario Ginkgo biloba), pero sin el espíritu individual de Casimiro… se hace duro. Muy duro. Hace ya unos días que no veo a Marcelo por ningún lado. Paquito el kioskero está en Macedonia visitando a su hermano Feliciano. Rosa lleva días con la floristería cerrada. Eso sí, la tienda de quesos de gourmet sigue abierta; por ella no pasa ni dios.
Tampoco el pegador freudiano se pronuncia últimamente. No sé, debe ser esta transición invernal la que nos tiene un poco a todos a por uvas. O no. Perdonad por austeridad del post… Igual estoy incubando algo. O no. Ayer un señor hablaba solo por la calle. No era Casimiro, pero durante un rato así lo creí. Igual fue la decepción y no el frío el que me ha dejado con las orejas gachas y el pie… espeso.
Salud!
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Un abrazo
David