Lo encontré entre los motores de búsqueda de ayer: "restaurar cinexín". Inmediatamente me piré de golpe a la infancia, donde logré proyectar momentos memorables. Es increíble lo que dos palabras ajenas pueden llegar a remover. Dos palabras tecleadas por alguien, a saber desde dónde; un tipo o una tipa en las antípodas de mi IP o quién sabe si Don Ramiro, el vecino de abajo. Porque aquí, lo que importa no son los recuerdos que me vinieron a la cabeza (esos ya me los guardo para, mí como materia prima susceptible de ser transformada en argumento de Periodismo Ficción), sino el hecho en sí.
¿El efecto mariposa? ¿El estornudo alemán y el contagio europeo? Un ser traduce una inquietud al lenguaje universal de las búsquedas en Google y termina en este blog; concretamente en el post titulado Momento cinexín. Seguramente ni lo leyó, obcecado en reparar su máquina de los recuerdos. Es posible que se encontrara con otra película incompatible con su proyector. Pero la mía circuló por las bobinas a sus anchas, a veces en blanco y negro y otras veces en color y pixelada... dependiendo de lo dulce o lo traumático del momento.
Y hoy me he levantado asumiéndome un poco más y entonando, más que nunca (no sé si por lo catártico del visionado y el cinhematoma posterior o porque hoy cumplo un día más de vida), el socrático e irónico "Sólo sé que no sé nada". Y sale con alivio. Y sin jactarme de mi propia ignorancia, siento la necesidad de reconocerla. ¡Mierda, que se me caen los muros de defensa!
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Comentarios
Una inquietud desconocida que se proyecta en un momento cinexín, que al caer produce un hematoma ajeno que nos dejas entrever en PF y que algo moverá (rebobinando o yendo hacia delante) en estas IPs desconocidas.
Para mi que el responsable es un estornudo, pero aquel lejano de un berberecho.
Anónimo de Calatayud
¿y esto de dónde ha salido? allí estaba, reflejándome en su metálica forma, si por este lugar no pasan carros de comida, y arriba de esa "estrechez" solo están los quirófanos y, he seguido pensando, seguro que Dani se inventaba una historia sobre él .... ¡que curioso!