Va con una raqueta modelo maxply dunlop años 80 por los pasillos del súper. Le sigo. Me intriga. Tuerce por las judías y atraviesa los embutidos. Se detiene a observar el comportamientos de los plátanos nepalís. Coge un manojo y lo tantea con la caña de su raqueta. Se lo lleva a la cesta, que no carrito. Eleva el rostro, visiblemente orgulloso de la adquisición. Después, presenta sus respetos al último cefalópodo del stock. Saluda a las cámaras de seguiridad y grita: ¡Yo soy el que soy!
¡Qué filón! pienso. Sigo tras él. Se llama Nueces, Gerardo Nueces. Se le ha caído el DNI de un bolsillo auxiliar y se lo he recogido. Se lo daré más adelante. Aumenta la velocidad. Mira a Mariana Virulé, la responsable de Libros y ofertones del pasillo central. La desnuda con el ojo derecho y la viste con el izquierdo (el que equilibra la percepción, a la virulé). Gira por menaje del hogar y soslaya la higiene. Se altera al ver las 'pastillas efecto agua azul' para sosos escusados.
Se enfila a la salida -piensa en la de emergencia- pero opta firme por la principal. Me acerco, envuelto entre clientes. Me acerco más. Tiene un tatuaje en la espalda que asoma por la nuca. No sé qué es. Sale a la calle. Salgo a la calle. Se para. Me paro. Se gira. Le miro. Me mira. Me giro. Se me acerca. Me giro más. Me golpea en el brazo con el cordaje de la raqueta y grita: ¡Tú la llevas! Sale corriendo. Y yo con cara de gilipollas. La misma que tengo mientras veo lo sucedido en el vídeo de Youtube que me manda Mariana Virulé en HD.
*La imagen: Pulpo en una cama, Roma, 2008, de Juergen Teller (PhotoEspaña)
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Comentarios
Brindo por los post que derrochan sentido del humor (entre otras cosas).
¿BB? El destino está escrito. Sin vocales pero escrito.
Abrazo grande.
Anónimo asombrado canario.