
Su maestro de ceremonias, Mandrug Sovivido, siempre la acusó de no hacer nada, de ser una ignorante. De querer ignorar su propia ignorancia. Sandra tuvo un día sus propias dudas, pero se las sacó con la habilidad de un maestro de ceremonias que celebra fiestas ajenas y obtura sus miserias. Ahí empezaron a conectar sus desconexiones personales. Y ella a ejercer de vividora sin entender qué significa vivir.
Ahora ella ha perdido la cara. Sin rastro de su rostro que nadie sabe (ni contesta) dónde ha caído. Él, Mandrug vive muerto desde entonces. Sólo queda camino para autorrehacerse. Signifique lo que signifique, significado a significado, error tras error. Se trata, dice (aspirando) Buenatía, de subir peldaños para avanzar. Y en ello están, él por su cuenta y ceremonia, y ella tratando de separar caradura de cara b, para encontrar el álbum que unifique su vida.
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Comentarios
Y entre tanto ruido me pregunto yo que sonará en la cara A.
Genial esta vuelta de..disco