
Funciona de la siguiente manera: mientras usa los auriculares de su artilugio para escuchar la radio, música, psicofonías o lo que sea... termina recibiendo una señal extra. Una frecuencia llena de sonidos procedentes de las frustraciones de aquellos con los que ha hablado en el mismo día.
Si por la mañana habla con Dolores, tres horas más tarde comienza a recibir (sin pausas) un monólogo de razones por las que está frustrada. Motivos, que incluso en más de un caso no conoce ni el emisor frustrado; circunstancia en la cual alta una aplicación a modo de globlo (llamada) en la pantalla del IPad que le avisa del contenido.
Oye voces, sí. Accede a sentimientos, sí. Y ahora, se debate en el uso que hará de su nuevo superpoder. Lo que más le tira, confiesa, es lucrarse con ello. Total, dice, quién va a reclamar los derechos. Asegura que hay frustraciones que darían para montar una y varias empresas; pero también películas y hasta aplicaciones para smartphones.
Espero conocer su decisión en breve... Antes, no sé si en estos momentos, el cabrón estará escuchando una posible frustración mía. Al tiempo.
Comentarios
Pero que tenga cuidado, un dia tendrá una conversación tonta consigo mismo frente al espejo y pueden entrarle sus frustraciones en el IPad como un virus.
Le va a hacer falta algo más que esa enorme oreja para dar con un negocio rentable.
(Menos mal que has vuelto, empezaba a sentirme frustrada por privación :)) )
Gracias!
Y respecto a ese monólogo que acecha… hazte el loco!.