
Antes de ayer paseaba en bici y cantaba a la vez cuando un niño la llamó gorda y fue entonces cuando salió el demonio que tanto había aspirado (como a las haches). No puedo reproducir sus palabras porque eran tan desproporcionadas que hasta la grabadora de voz del móvil de Kako (su vecino recopilador) se acojonó y no salía del stop. El niño, blanco, salió corriendo, llorando. Y ella, al verse triunfadora de una batalla más... sonrió; por supuesto porque no vio testigos y por tanto no había nadie a quien caer bien. Retomó su tarareo desafinado y siguió pedaleando.
Pepita me adora, le di un consejo para hacer mejor la "O" con un canuto y me regaló un prendedor precioso para el pelo. Romina me quiere tanto... Le pregunté por su hermano el insoportable, ahora hospitalizado por idiota, y no hace más que hablar bien de mí. Y así se puede pasar, intermitentemente durante horas. Dice que quiere pasar inadvertida, pero anuncia sus logros como puede. Hoy ha decidido callarse. Es la vecina del 3ªI y ayer dijo que se iba antes porque tenía invitados, pero Kako la ve cenando sola y hablando con alguien. Se llama Juliana Steekvlam (que en holandés significa "soplete").
*La foto viene del blog Isla Kokotero.
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Comentarios
Me decía siempre que yo no fuera como los demás. Creo que la he traicionado.
Que me ha removido, vaya!